Pareja ideal

o con quién (no) vivirías el apocalipsis

Mirad.

Cuando ves una chica que te gusta fisicamente mientras vas de caza para ligar en la calle haciendo daygame, sabes (inequívocamente) por qué te gusta.

La cara, el estilo, el culo, su expresión, el pecho, su forma de moverse…

En cambio sólo puedo acordarme de tres veces en mi vida en la que miré a una mujer por primera vez y sentí al instante que su belleza me gustaba.

Casi tanto como la dificultad de identificar qué era lo que me atraía de forma embobada.

¿Era por cómo sonreía? ¿Por cómo se entregaba a su arte? ¿Por sus piernas? ¿Por la forma de su cuerpo?

Sinceramente, nunca lo supe.

O podría responder con un simple todo… y nada al mismo tiempo.

Esto es porque la atracción física no es lo mismo que la belleza física. La primera es instintivamente biológica, la segunda es emocional.

Ambas pueden coexistir, pero sentirse atraído por la belleza es más escaso que sentirse atraído por un físico.

Es muy escaso porque la interpretación que hacemos de la belleza depende exclusivamente de nuestras experiencias vividas. De nuestra interpretación de la vida.

Así lo confirman estudios con gemelos, que a pesar de compartir gran parte genética sienten la belleza de una forma totalmente subjetiva.¹Cell Press. «Is beauty really in the ‘eye of the beholder’? Yes, and here’s why.» ScienceDaily. ScienceDaily, 1 October 2015.

Cualquiera de nosotros puede ver simetría en una cara o cuerpo, pero no todo el mundo puede ver belleza.

De hecho a veces la confundimos con la mera atracción física, pero en los últimos años me he dado cuenta que he empezado a valorar las apariencias como si fuera un crítico de arte abstracto.

No busco la pintura más realista (atracción física), sino el que más me transmita sin entender por qué lo hace (belleza).

O en otras palabras, busco un conjunto de rasgos inexplicables que creen una sinergía que me enamore de esa apariencia.

Lo interesante es que todos los trazos (rasgos) que puedan crear el cuadro, muchas veces no serán visibles a primera vista.

A veces el artista ha tenido que crear varias capas por detrás ( para crear el color del trazo deseado, y tú, como ojo inexperto no ves ese trazo escondido.

Estoy hablando de rasgos de personalidad que sólo funcionan en su conjunto. En su manera de ser.

Su pelo puede cambiar. Su peso corporal puede fluctuar. O quizás un viernes 13 se le cae un cazo de agua ardiente en la cara.

Pero todos los trazos, las capas que hay pintadas por detrás son mucho más difícil de que se destiñan: su bondad, atención, considerada, amable…

No es que uno de estos rasgos te enamoren, sino que es toda la sinergía en conjunto.

Nos enamoramos sólo de ciertas pinturas personas por lo que nos transmite su belleza a nosotros en particular. No porque todo el mundo tenga la misma conexión inicial con esa persona.

Todo el mundo puede ver y apreciar un buen culo. Un buen pecho. Una cara extraordinariamente simétrica.

Pero el encanto que dura el embobamiento a la atracción física de una pintura es temporal. Al final del día sigue habiendo abundancia de cuadros realistas a los que puedes apreciar a nivel superficial porque de artistas habilidosos hay tantos como cuadros han pintado.

En cambio la belleza a la sinergía de un cuadro abstracto sólo lo sentirás unas pocas veces en tu vida.

Intentar enamorarse de un trazo del cuadro en vez de en su conjunto, sería como intentar entender el significado de una frase cuando ni siquiera puedes ver más allá de una sola letra.

Necesitas entender el contexto entero para implorar su belleza.

Un contexto que te puede enamorar desde el inicio.

Algunos lo llaman amor a primera vista, pero yo prefiero llamarlo belleza a primera vista.

Una belleza, un cuadro del que sabes que nunca podrás cansarte de ver como harías con un cuadro realista.

Una belleza que no se marchitará con el paso de los años, aunque sus arrugas o pelo blanco puedan querer decir lo contrario, las emociones que te seguirá transmitiendo ese cuadro, esa sinergía, ese conjunto, seguirán ahí cada vez que lo mires.

Sea hoy, o sea dentro de dos décadas.▲▼

A pesar de que biológicamente hablando los hombres buscamos atracción física como primer componente en el emparejamiento, cuando hablamos de una pareja monógama con quien crear un amor para toda la vida, las cosas cambian por completo.

Habrá sólo un 1% de parejas que lleven décadas casadas y sigan teniendo una chispa, una conexión visible incluso para los que están fuera de ese círculo a cuatro manos.

Mi cabeza ha hecho un cambio de paradigma al completo cuando he visto que sí…

El amor puede durar más de 3 años pero requiere de amor consciente.

Tiene que ser regado constantemente. Los sentimientos son la tierra nutrida en la que esa relación crece, pero la gestión y la lógica necesarias para manejar una relación romántica en una sociedad moderna son el agua y el oxígeno para que esa planta no sólo sobreviva, sino que también crezca sana, alta y con raíces fuertes.

La conexión emocional que sentimos en la fase de la luna de miel puede ser alargada durante décadas.

Una conexión que sí, haremos crecer poco a poco pero que tiene que existir desde el principio.

Puedes regar esa maceta todo lo que quieras para que la semilla crezca, pero si antes no has plantado la semilla puedes esperar sentado que de allí no va a crecer nada.

Por esto es mágico sentir esa conexión inexplicable desde el principio.

Sabes que hay conexión desde el primer segundo que empiezas a hablar con ella por primera vez, y lo más interesante… es que si sale algo entre vosotros dos, después la otra persona te confiese que ella también sintió una especie de comunicación.

Una conexión emocional es lo opuesto al esfuerzo.

La RAE describe la comunicación como la unión, el enlace, el establecimiento de relación.

Y aunque quizás nunca podremos explicar exactamente con lógica o palabras qué es o de dónde sale científicamente esta conexión (¿serán las frecuencias de nuestras ondas cerebrales? ¿Reacciones químicas en sintonía? ¿Las hormonas? ¿Las feromonas?), lo que está claro es que cuando hay conexión… lo sabes.

Lo notas.

No es nada lógico pero lo sabes.

Fijaros como esta conexión inicial que después puede crecer (o desaparecer) no existe en apps de citas. Por esto fui tan tajante en mi opinión sobre Tinder (#497), donde el primer indicador es puramente superficial. O a veces llegas a la cita y hay cero conexión, o quizás no nos damos la oportunidad de que salga una cita donde habría existido una conexión mágica.

Una conexión que puedes desaparecer fácilmente si no se riega.

De hacerse, madurará.

Un brote de un futuro árbol que da amor como frutos, puede ir creciendo.

Mientras lo vais regando es cuando sientes que cuando os sentáis el uno al lado del otro, hacéis el amor o simplemente vais de paseo, las palabras no harán falta.

Los silencios pasarán a ser una herramienta de comunicación tan potente como las propias palabras, porque sientes que:

Estar con ella es como sentirse en casa. Es tu hogar.

Es raro explicarlo tal que así pero sientes que estar con ella un lugar seguro. Estéis donde estéis la mente está consciente a la vez que descansada haciendo que no necesites forzar nada.

Y aunque esa conexión madurará, si no existe esta semilla emocional para hacer crecer desde un principio, siento que los inicios no dejarán de ser como subir una pendiente a cuestas en la que sólo uno de los dos está por la labor.▲▼

Es de lo más frustrante que existe. Especialmente si esta persona cada vez te va gustando más.

La balanza empieza a pesar demasiado por tu lado y no sabes como nivelarla.

Quizás el primer paso sería tirar de lógica para aceptar que esa persona no está muy interesada en ti. Sólo ha accedido a salir contigo porque… porque sí.

Por esto enfatizaba la importancia de la conexión emocional del principio. Porque es bidireccional. Ambos la sentís. Ambos queréis probar donde va a air.

He salido con chicas más pasivas que una estrella de mar.

No estoy hablando en la cama.

Chicas que quizás me atraían mucho físicamente pero después daban cero.

Eso sí. Se quejaban si querías balancear el esfuerzo. Quejándose si no recibían a pesar de ellas no dar nada.

Con una pareja así imagina como será vuestro futuro.

Está claro que el interés o la atracción de uno hacia al fluctuará, pero puedes ver si esa persona está haciendo un esfuerzo o no para tenerte en tu vida.

Si es proactiva.

Si tu haces el esfuerzo para que ella esté en la tuya, ¿no nos merecemos al menos que hagan un esfuerzo equivalente?▲▼

Atención

Cuando se empieza a conocer a alguien a nivel romántico, podemos cambiar este interés por lo que llamaríamos atención.

Una atención que se ha convertido en un bien más escaso que Bitcoin.

Está claro que con la pareja ideal ambos podéis seguir manteniendo vuestra autonomía. Vuestra independencia. Pero…

Demostrar interés y atención no significa que os dedicáis tiempo sólo cuando tenéis un hueco en los calendarios, sino que hacéis tiempo en vuestra agenda para vuestro rato juntos y le dedicáis el máximo de atención.

Es más difícil de lo que crees.

Sólo hace falta echar un vistazo en la mayoría de parejas que van a la cafetería juntos.

Con todas las redes sociales siendo el resultado de décadas de ingeniería psicológica para hacernos adictos de sus productos en nuestras pantallas, todos vivimos con cierto grado de distracción.

El problema es que este grado se va incrementando con el tiempo.

Lo demuestran estudios que ponen de manifiesto que ahora, en la última década nuestra capacidad de atención ha disminuido un 66%, haciendo que estemos al acecho de la capacidad de atención de un pez de colores.²Schenk, Leslie, and Martin Tucker. 2015. “Attention Spans.” World Literature Today 72 (1): 141. doi:https://doi.org/10.2307/40153617. ‌

Queremos alguien que entienda que expresar la atención el uno con el otro es un recurso escaso y que si hay interés, esto significará en que esta atención será expresada proactivamente.

Alguien que haga el esfuerzo de dedicarte toda la atención.

Cuando estéis juntos, claro.

Nadie dice estar buscando una pareja que se siente a su lado en el sofá para que los dos se pongan cada uno por su lado a mirar videos de 30 segundos.

No me refiero a que nos volvamos dependientes de que esa persona nos preste atención como un recién nacido, sino que las citas marcadas, son citas para nosotros.

Todos tenemos la misma experiencia: las mejores citas, las personas con las que nos lo pasamos mejor, son esas con las que ambos olvidamos que ni siquiera somos dueños de un smartphone.

La mejor manera para explicar como expresar esta atención es con los silencios.

Los silencios con esa persona no serán aburridos. No serán ansiosos. No habrá ninguna necesidad de hablar.

Los silencios largos serán tan esperados, interesantes y profundas como las profundidades de las conversaciones que tenéis cuando exploráis qué hay en la mente del otro.

Imagina estar presente en momento de silencios que no se terminan.

En los que no se quiere decir nada. Compartir un silencio. Y aún así… que esa persona esté presente contigo.

La atención es incluso más escasa que el tiempo. Por esto alguien que te presta atención, o presta atención al tiempo que estáis juntos es la forma más rara y pura de generosidad y afecto.▲▼

No sé si me faltó de todo o no me faltó de nada pero personalmente todo lenguaje de amor me llena.

Las palabras genuinas de lo brillante y bonita que es mi calva.

El regalo de bienvenida para inaugurar mi apartamento que lo iluminará de noche… gracias al reflejo de mi calma al verla a ella.

El tiempo de calidad pasado diciéndonos todo lo que hay que decir en el universo… y hacerlo en silencio.

Sin una palabra.

Fuera de los lenguajes del amor, he estado con personas que entienden la relación como una mera gestión.

Por esto he dicho al principio que cuando estás listo para tomar las riendas en una relación seria de largo plazo, dejas de buscar los rasgos que antes buscabas.

Antes buscabas entrega pero no expresado en forma de generosidad genuina, sino de atención física.

Ahora esta generosidad es tan importante como todo lo anterior.

Y lo más increíble es cuando conoces a alguien ya no que es muy atenta, sino que esta atención viene de forma totalmente natural en su vida.

Tener bondad, ser atenta, considerada, amable… sin ni siquiera darse cuenta que lo es.

Piensa en ti en las pequeñas cosas del día a día dándote un afecto que ni tu mismo te habías pensado en dar para mimarte.

Te mima más que a ti mismo y lo hace… sin pensarlo.

Unos rasgos que encontramos altamente atractivos porque no podemos dejar de pensar que esa persona sería maravilloso como madre o padre.

Si hacen todo esto por ti que aún te está conociendo, ¿te imaginas lo que haría por su propio hijo?

Lo daría todo.

Daría tanto como ganas tienes que dar tu en una relación cuando ves que alguien puede llegar a ser tan considerada.

Y lo mejor que podemos hacer es decírselo. Expresar esa gratitud más allá del diario. Para que decirle lo mucho que apreciamos estas cualidades haga de cimientos sólidos cuando los terremotos de las conversación más duras quieran derrumbar lo que hemos construido.

Algo que sabían bien nuestros abuelos.

O quizás fue la época que les hacía verse forzados a reparar esos cimientos.

Pensadlo.▲▼

Actualmente la mayoría de parejas ni siquiera se acuerdan que tienen una herramienta como el destornillador que les ayude a reparar la relación, ¿sabes por qué?

Porque en la cultura del materialismo, cuando algo se nos rompe no lo reparamos sino que lo tiramos para hacernos con uno nuevo.

Lo mismo con nuestras relaciones.

En vez de reparar algo que se podría cambiar, nos decimos que «no me gusta X» y automáticamente buscamos a alguien que encaje, que haya nacido exactamente como deseamos a nuestra pareja perfecta.

Buena suerte.

Ahora que en la cultura occidental moderna lo queremos todo lo más rápido posible, muchos quieren su pareja ideal desde el momento que la conocen.

En vez de buscar alguien con unos cimientos sólidos con los que construir una relación, queremos el mueble de Ikea ya montado al que sólo tenemos que organizar.

Igual con las relaciones.

Queremos a una pareja que ya esté montada.

Pero es que si quieres un mueble a medida necesitarás mucho más tiempo, cuidado y afecto.

Puliendo cada esquina para asegurarte no sólo que queda como quieres, sino que no te clavarás ninguna astilla que en el momento menos esperado te atravesará el dedo.

O el corazón.

Una pareja montada artesanalmente lleva muchas horas de carpintería.▲▼

Sin juegos psicológicos

En esta comunicación me he topado con una cualidad de pareja que pocas veces he experimentado pero que cuando la he vivido, no he querido buscar otra cosa en la pareja ideal.

Esta cualidad es… no jugar a juegos psicológicos.

Una persona que ni desde el inicio de conocernos, ni en las primeras citas haya decidido jugar a manipulaciones psicológicas para ver cómo reacciono (shit tests).

He estado con alguien que cuando compartía conmigo, cuando comunicaba algo importante para ella lo acompañaba con una pequeña coletilla que interpreto como de comunicación orientativa.

Frases al final de cada mensaje que te dicen de buenas a primeras que sólo te lo está comunicando porque el mensaje que lo seguía era una alegría (o mala noticia) que quería compartir conmigo al ser yo una parte importante de su vida.

No jugar a juegos psicológicos sino que decirlo todo en plata, lleva a un tipo de comunicación muy sana evitando a montones de conflictos sin sentido que podrían surgir por pequeñeces.

Conflictos internos

Queremos dejarnos los conflictos para cuando importen de verdad. Aceptando que estarán presentes.

Lo que me pregunto es qué tipo de conflictos queremos.▲▼

Queremos conflictos porque ayudarán a solucionar situaciones. Lo que no queremos es drama, que no dejan de ser conflictos creados de la nada sólo útiles como montaña rusa emocional para crear aventura psicológica adictiva…

Para algunos.

Los estudios afirman como una dosis razonable de conflictos hacen que la relación se vuelva más fuerte.³Harburg, Ernest & Kaciroti, Niko & Gleiberman, Lillian & Julius, Mara & Schork, M.. (2008). Marital Pair Anger-Coping Types May Act as an Entity to Affect Mortality: Preliminary Findings from a Prospective Study (Tecumseh, Michigan, 1971–1988). Journal of Family Communication. 8. 44-61. 10.1080/15267430701779485.

Como cuando podas el árbol que estás haciendo crecer para que centre sus esfuerzos en lo que importa.

En crecer por la dirección correcta.

La comunicación ayuda a identificar las hojas y ramas que hay que podar.

Por esto en el mismo estudio que mencionaba los investigadores encontraron que en las parejas donde una de las partes acostumbra a suprimir su ira, no sólo había menos probabilidades de que la relación se rompiera (como las ramas que no se sacaban), sino que ambos terminaban muriendo más jóvenes.

Confianza mutua

Fijaros dónde nos lleva a tener en nuestras vidas una pareja que no cree conflictos de la nada y que comunique de una forma clara porque sabes que no está jugando a manipularte la mente.

Nos lleva a la confianza. A mucha confianza.

Si sabes que no está haciendo jueguecitos contigo, lo más probable es que tampoco los haga con los demás. Que no te esconda cosas que son de vital importancia.

Con su honestidad y transparencia está demostrando unas cualidades de consciencia emocional que implican el manejo de los sentimientos en situaciones dónde para la mayoría lo más fácil es dejarse ir.

Normal que haya estudios que revelen como las parejas que dicen menos mentiras no sólo tienen relaciones sanas sino que simplemente ellas mismas también tienen más salud.⁴“A Life Without Lies: How Living Honestly Can Affect Health,” Anita E Kelly, Session 3189, 12 to 12:50 p.m., Saturday, Aug. 4, Room W303C, Level III, Orange County Convention Center.

Es fácil decir que la comunicación es importante. Es fácil decir, decir y decir. Por esto mi pareja ideal será alguien con la que se pueda confiar porque sus palabras se alinearán con sus acciones.

Que no diga que la comunicación es importante, sino que ejerza el derecho de esta comunicación.

Especialmente cuando es más difícil, porque es cuando será más necesario.▲▼

Que hablaréis los mismos idiomas, empezando por la honestidad.

Lenguajes del amor

Imagina tener una pareja que no habla el mismo idioma que tú.

Yo lo he vivido, y quizás para estar con alguien de forma esporádica puede tener su gracia usar el traductor de Google, pero imagina querer tener un proyecto de vida con esa persona.

En algún momento uno de los dos tendría que aprender el lenguaje del otro.

De hecho quizás cuando lo aprendes te das cuenta que has pasado cuatro años aprendiendo a hablar un idioma que sólo te ha servido para darte cuenta como la conexión con esa persona sigue siendo vacía.

No existe app que pueda traducir cero.

Nuestra forma de expresar el afecto también es una forma de comunicación que no tiene porque ser necesariamente con palabras.

Estos lenguajes del amor pueden ser expresados con, sí, palabras, pero también con contacto físico, regalos significativos, actos de servicio o pasando tiempo de calidad.

Por esto en mis primeras citas siempre he preguntado de que se tratan, porqué aunque alguien no comparta el mismo idioma que yo, puede hacer el esfuerzo de aprenderlo o de mostrarlo.

Idealmente esa persona tendría que hablar de forma materna el mismo lenguaje de afecto que el mío, o al menos estar dispuesta a hacer el esfuerza de hablarlo.

Si por ejemplo el contacto físico como las caricias son mi forma de expresar afecto, también es la manera en cómo me gusta recibirlo.

Imagina que nunca te acariciara.

Lo que interpretarías es que no te quiere. Incluso aunque te lo dijera. «¿En serio? ¿Entonces porqué no me acaricias nunca?» Fácil. Porque su manera de expresarlo es… con palabras. O regalos (por ejemplo).

Nunca te sentirás amado del todo por tu pareja si no habla tu mismo idioma al menos de vez en cuando.▲▼

O en otras palabras: soy raro.

Raro en mis hábitos. Raro en mi manera de pensar. Raro en la cama (no estoy hablando del delicioso sino en mi posición para quedarme dormido).

No busco alguien que comparta las mismas rarezas que yo. Simplemente que las acepte. Que mi cuadro abstracto le genere las mismas emociones que lo hago yo cuando la veo a ella.

Que me vea usando las gafas de luz roja por la noche para soltarme un «eres raro…» mientras me sonríe.

Que se meta conmigo de forma indirectamente proporcional a las veces que no me juzga.

Que acepta mis rarezas, lo que precisamente me hace confiarle secretos y deseos porque no me señala con el dedo.

Esa mujer no quiere plancharme las arrugas, sino que ama cada una de ellas. Porque todas las arrugas son lo que hacen diferenciar esa camisa del resto.

Que me vea en mis distintos entornos y que tenga la curiosidad de entenderda por qué soy así.▲▼

Forma de ser

La adaptabilidad de comportamiento que usamos en distintas situaciones sociales, a menudo es confundida con ser un falso. Llevar una máscara.

Por ejemplo, soy alguien que en las comidas con los amigos de la infancia de toda la vida hablamos de sexo, pollas de agua y Rock and Roll.

¿Significa esto que cuando estoy en la cena de Navidad familiar tendría que hablar con el mismo registro con toda mi familia?

Pues claro que no.

Siga teniendo la misma actitud bromista, fresca, desenfadada, con desparpajo pero no utilizo ciertas palabras y expresiones que sí utilizo en otros ámbitos sociales.

Del mismo modo que besaría y abrazaría a mi mujer en casa pero no besaría y abrazaría a otras mujeres.

Es el registro correcto bajo la situación correcta. A esto se le llama ser socialmente calibrado.

No ser un falso.

La pareja ideal acepta las distintas facetas que conoce de ti, porque es seguramente la persona que más te verá en distintos contextos.

A solas con ella. En la cena de Navidad. Con tus padres y hermanas. Cuando la presentes a tus amigos de la infancia para comer un poco de Sushi…

Quiero a alguien que no tenga que reprimir mis facetas o mi humor.

Humor

El humor, o bueno, mi tipo de humor es una parte importante de mí.

Es una representación de cómo me tomo la vida. Puedo hacer bromas (más buenas o malas) en la mayoría de situaciones para sacar hierro al asunto. Para hacer el entorno más entretenido o simplemente como forma creativa de expresarme.

Imagina estar con una pareja que no lo pilla. Que no te pilla.

Lo he vivido.

Una experiencia que puede parecer tonta de buenas a primeras pero cuando te das cuenta que empiezas a reprimir una faceta con la que te sientes tan identificado, notas que algo no funciona.

Mi pareja ideal no tiene porque necesariamente reírse de mi humor, pero tiene que al menos entenderlo. Recibirlo con los brazos abiertos.

Y si vamos a rizar el rizo, hasta tiene un humor similar.▲

Me reta con sus sarcasmos. Sus bromas pueden llegar a ser tan estúpidas que te hacen reír de lo malas que son…

Un momento.

¿La estoy describiendo a ella o me estoy describiendo a mí?

Y de nuevo, no me refiero a tener mis mismas opiniones.

Más bien a que tenga rasgos desarrollándose que creo que son importantes en una pareja.

Para que me entendáis, mirad.▼

Autonomía

En una noche otoñal estaba en mi recién estrenado apartamento con la tarea pendiente de montar un nueva silla que el ucraniano de Ikea me acababa de traer.

Al llegarme mi compañía pensé dejarlo para el día siguiente pero ella misma se sugirió que podíamos enroscar el colchón antiguo que se tenían que llevar y montar la silla para que la mañana siguiente pudiera sentarme a escribir lo que hoy os estoy contando.

Pero dónde terminé sentándome fue en la idea de que esa autonomía expresada en forma de proactividad era un componente para una relación más fundamental que el tornillo central de la silla de Ikea que acabábamos de enroscar.

Verla ahí, entre risas más insostenibles que la falta de estabilidad de los muelles del colchón en defensa a ser enroscado como un burrito, ahí tuve una epifanía. La epifanía de que una de las cualidades que busco en una pareja es:

Una compañera que en un Apocalipsis estaría agradecido de tener a mi lado.

Alguien con quien pasarías semanas o hasta meses viviendo en una furgoneta camperizada, o acampando en medio del bosque noruego en pleno verano.

Alguien con quien arremangarse a hacer los trabajos duros. Las gestiones físicas que el campo nos haría reconsturir mientras nosotros construimos nuestra relación.

Con quien repartirse la recogida del agua, el despiece animal, las gestiones de los hijos.▲

Una epifanía que me pasó a deconstruir las verdades de los hermanos Tate. Entendiendo a las mujeres como individuos dependientes de hombres proveedores.

Y tienen razón.

Pero ellos sólo hablan de un tipo de mujer.

El tipo de mujer diva que vive en Dubai, frecuentando centros comerciales, saliendo con hombres ricos en busca de valores tradicionales.

No entendiendo que hombre proveedor no tiene porque significar proveer bolsos Gucci.

Mi atracción por ella está al otro lado de la balanza.

Son esas uñas naturales que usará cuando tenga que rascar la pintura seca de la antigua casa de madera.

Es esa proactividad de arremangarse cuando se tenga que sacar el lechal de la cabra en el terreno autosuficiente que adquirirnos para hacer crecer cuatro plantaciones y cuatro hijos.

Una autonomía que se manifiesta tanto de forma individual como en pareja. Me refiero a que dista de ser eso de encontrar la media naranja, sino ser una naranja enterita que se encuentra con otra naranja al completo.

Hacer una identidad personal totalmente dependiente de la identidad en pareja sólo puede acabar como el Rosario de la Aurora.

Ahí es cuando una conexión genuina es remplazada con la ilusión de una conexión que conocemos como un vínculo de fantasía.

Pirámides de valores

Es sano para una relación que los dos ejerzáis intereses distintos (claro que algunos se pueden compartir) o manteniendo las conexiones externas.

Una manera de ver el mundo que se sintoniza con lo que ambos ponemos más importancia. Lo que valoramos en una relación.

Por esto digo que todo lo que os estoy hablando hoy es recíproco.

No puedo mencionar todo lo que busco en una pareja sin poder ser capaz de ofrecer lo mismo.

Es totalmente bidireccional.

Si interpretamos una relación como una pirámide, lo que hay en las bases es lo que sustenta todo lo que hay por encima.

Primero hay valores, después la visión, los objetivos y en la cúspide tenemos los intereses.▼

¿Puedo tener una relación sana en la que a ella le guste bailar y a mí no? Pues claro. ¿Puedo tener una pareja en la que mi objetivo sea crear un impacto global con mi contenido expresivo mientras que el suyo sea crearlo con su arte visual? Totalmente.

Ahora bien.

¿Puedo estar en una relación en la que mi pareja falta al respecto constantemente mientras que para mí el respeto es uno de los valores personales más importantes? (#510)

Rotundamente, no.

El respeto es el valor que más respeto (válgame la redundancia), no sólo por experiencias pasadas sino porque la evidencia lo respalda, siendo conceptualizado como una de las bases más fundamentales de una relación sana.⁵Hendrick, Clyde & Hendrick, Susan & Zacchilli, Tammy. (2011). Respect and Love in Romantic Relationships. Acta de investigación psicológica. 1. 316-329. 10.22201/fpsi.20074719e.2011.2.209.

Si la base de la pirámide está alineada, si los valores están alineados, los demás niveles se convierten ya en prescindibles, aunque sí que se vuelven rasgos cada vez más deseables.

Visión de futuro

De hecho podríamos discutir como el segundo nivel, la visión, puede ser una bandera roja para muchos, porque aunque es pasable, no todas las parejas tendrán la habilidad de gestionar una visión que no se alinea en la relación.

Piénsalo.

¿Se puede tener una relación en la que tu visión familiar es vivir en el campo con 2 hijos mientras que el suyo es vivir en la ciudad para aprovechar todos los entretenimientos mientras que el concepto de familia queda en un segundo plano?

Esto ya es mucho más difícil.

Quizás en algunos casos donde hay un amor muy profundo puede funcionar, pero significará que habrá uno que tendrá que hacerse el harakiri emocional.

Tendrá que sacrificarse para que la otra parte cumpla sus deseos.

O esto, o que los dos hagan medio sacrificio.

Se divide como se divide el sacrificio hay un peligro que acechará a esa pareja quizás para siempre.

El resentimiento.

Una pareja usando su destornillador de la relación quizás pueda superarlo, pero imaginad la infelicidad que puede llegar a sentir una de las partes al pensar que ha tenido que sacrificar una manera de ver el mundo.

Un problema que puede surgir ya no sólo con la visión, sino también con la logística de la adultez del día a día.

No quiero un tipo de relación en la que las normas son la norma.

En la que se tienen que poner palos en la base porque no se sustenta por ella sola. En la que los acuerdos y reglas sean el pan de cada día haciendo que uno siempre se tenga que comprometer para que validar la base de la pirámide del otro.

Una pareja con la que no haya necesidad de hacer contratos.▲

Bibliografía: fuentes, referencias y notas

• 1
  Cell Press. «Is beauty really in the ‘eye of the beholder’? Yes, and here’s why.» ScienceDaily. ScienceDaily, 1 October 2015.
• 2
  Schenk, Leslie, and Martin Tucker. 2015. “Attention Spans.” World Literature Today 72 (1): 141. doi:https://doi.org/10.2307/40153617. ‌
• 3
  Harburg, Ernest & Kaciroti, Niko & Gleiberman, Lillian & Julius, Mara & Schork, M.. (2008). Marital Pair Anger-Coping Types May Act as an Entity to Affect Mortality: Preliminary Findings from a Prospective Study (Tecumseh, Michigan, 1971–1988). Journal of Family Communication. 8. 44-61. 10.1080/15267430701779485.
• 4
  “A Life Without Lies: How Living Honestly Can Affect Health,” Anita E Kelly, Session 3189, 12 to 12:50 p.m., Saturday, Aug. 4, Room W303C, Level III, Orange County Convention Center.
• 5
  Hendrick, Clyde & Hendrick, Susan & Zacchilli, Tammy. (2011). Respect and Love in Romantic Relationships. Acta de investigación psicológica. 1. 316-329. 10.22201/fpsi.20074719e.2011.2.209.