▼Hace ya casi una década que después de dejar mi trabajo me encerré en una casa familiar a construir mi negocio online.
Catorce horas diarias durante un año con tal cantidad de preocupación sobre el futuro que me levantaba a las 4 de la mañana con taquicardias.
Y aún así lo repetiría todo exactamente igual.
Estoy orgulloso de la habilidad de toma de decisiones del Pau de hace 10 años porque este aislamiento (temporal) supuso un antes y un después en mi vida.
Sin haber vivido esa época, abrazando sólo una área concreta de mi vida, no estaríais consumiendo este contenido, ni habría conocido a la gente que hoy conozco, ni tendría la libertad que hoy tengo.
Por esto, como buena persona multipotencial no soy muy fan de la frase de Paulo Coelho de «puedes hacer cualquier cosa… pero no todo», prefiero la cita célebre de Pau Ninja:
Puedes hacerlo y tenerlo todo… pero no todo a la vez.
La vida son épocas. Son áreas. Son focos.
¿A caso estarías pensando en priorizar el trabajo o de quedar con los amigos cuando acaba de nacer tu hijo?
El 50% de la felicidad consiste en estar conforme con lo que no tienes, y la otra mitad no solo en disfrutar en qué dedicas tu energía sino entender por qué es importante para ti.
Porque el famoso balance está en boca de todos, pero en manos de pocos.
El balance es tan poco realista como poco práctico.
Piénsalo.
Imagina que tu vida está representada por uno de esos fogones de los de antes.
No de los eléctricos que tenemos ahora para cocinar la comida mientras nos cocinamos el cerebro con ondas electromagnéticas sino los fogones de antes. De los que iban con una bombona de butano o propano.
¿Te acuerdas que sucedía si querías poner varias sartenes para cocinar a la vez?
Exacto.
Que esos fogones no tenían suficiente potencia.
Si sólo cocinabas en sólo uno de los fogones exclusivamente no había problemas. Podías poner tanto gas como quisieras. Tanta llama como te diera la sana gana.
El problema sólo venía cuando querías distribuir el gas limitado que te daba la bombona. No podías meterle el máximo de llama a todos los fogones. Tenías que manejar como querías gestionar el gas.
Pues la vida puede ser representada así.
Eso dice la teoría de los cuatro fogones, en la que cada uno de estos fogones representa áreas de la vida.1La primera vez que oí hablar de La Teoría de los Cuatro Fogones fue en el blog de James Clear, que lo aprendió de Chris Guillebeau, quien se enteró por Jocelyn Glei, quien leyó sobre la teoría en un artículo del New Yorker escrito por David Sedaris, quien se enteró sobre la teoría por una mujer australiana llamada Pat, quien escuchó sobre ella en un seminario de gestión al que asistió. Si intentamos descubrir de dónde se originó la teoría de los cuatro quemadores… buena suerte. Avísame si llegas a la raíz de ella.
Aspectos que suponen el reto de saber gestionar o manejar con la llama, la intensidad de nuestro cuerpo y energía requiera de nosotros en ese momento.
Estos cuatro fogones tendrán las mismas áreas para la mayoría.
Del rollo que son aspectos de nuestras vidas que sabemos que necesitamos para ser felices:
- Salud
- Trabajo
- Familia
- Amigos
Si estás soltero podrías cambiar el área de «amigos» por «relaciones» en general e incluir la área romántica también, por ejemplo. Pero lo que prima aquí no es tanto las áreas sino como las gestionamos eficientemente.
La teoría de los cuatro fogones nos enseña que para tener éxito potenciando una área de tu vida, tienes que bajar el grado de uno de los otros fogones.
Que si encima quieres quemar al máximo esa área, seguramente tendrás que bajar la intensidad de las otras áreas.
¿Y si eres un amante del hustle y quieres hackear el sistema para saltarte el límite de gas de la bombona de butano? Quizás hay alguna manera de saltárselo y trampear al sistema con tanta destreza como queremos saltarnos a Hacienda…
O quizás es una de las peores ideas porque al igual que Hacienda, te pillarán por los huevos.
Veámoslo.▲▼
Balance entre trabajo y vida personal
El famoso concepto de intentar balancear tu trabajo con tu vida personal ha hecho más daño que bien.
A veces el cuerpo te pide que te centres al máximo
Tu mente, tu energía, tu todo está perfectamente en sintonía con un nuevo proyecto de trabajo, o quizás en una relación, o quizás en mejorar tu salud.
En poner más huevos de la cuenta en una misma cesta que en las otras…
¿Por qué tendrías que desaprovechar esta sintonía para buscar el famoso «balance» que la sociedad no deja de repetirte?
Me recuerda a los que no dejan de repetir que hay que comer balanceado. Un consejo basado en absolutamente nada.
En el fondo decimos que queremos balance porque tenemos miedo a equivocarnos.
Tenemos miedo que desatender demasiado ciertas áreas y enfocarnos en alcanzar metas personales puede llevarnos a fallar. A cagarla en ese proyecto en el que hemos puesto demasiado energía.
Balancear las distintas áreas de la vida no deja de ser una defensa emocional.
Es como tener miedo a dejar demasiado espacio a tu novia. Tener miedo a que se de cuenta de que en realidad no le gusta tanto pasar demasiado tiempo contigo… O que le gusta pasar más gente a esa otra persona.
Y de aquí sale el estar necesitado.
No queremos dejar demasiado minimizados nuestra familia, amigos, salud y trabajo para enfocarnos en una sola cosa porque tenemos miedo de perder ciertos hábitos que después se nos vuelvan irrecuperables.
Nos volvemos igual de necesitados.
Pero, ¿qué vas a hacer si el cuerpo te pide que abraces una nueva etapa de tu vida? ¿Vas a forzar el balance? ¿Vas a forzar el equilibrio?
¿O vas a aprender a desprenderte de la codependencia de esa área igual que tuviste que aprender a dejar de ser necesitado de tu ex?
- Si quieres petarlo tanto en tu carrera profesional como en tu matrimonio, quien lo va a sufrir será tu salud y amistades.
- Si quieres petarlo tanto como padre como con tus hábitos saludables, lógicamente tu trabajo tendrá que sufrirlo.
El primer instinto para que nada se resienta puede ser ajustar todos los fogones para que la llama queda más o menos dividida a partes iguales (balance), pero entonces simplemente nos tocará aceptar que no podemos potenciarlas.
No tendremos ni tiempo ni energía para mantener o crear los hábitos que necesitamos en todas las áreas. No podemos ni apalancarlos (#469).
A efectos prácticos lo que esto significa es que estamos forzados a elegir.
No hay otra, queridos ninjas de la vida.
Nos vemos obligado a responder a la pregunta de:
¿Prefiero vivir una vida desequilibrado pero petándolo en una área determinada? ¿O quiero vivir una vida balanceada pero sentir que nunca estoy exprimiendo mi máximo potencial?
No creo que sea casualidad que esos famosos que lo petan, los directivos de empresa o los emprendedores con negocios que cambian el mundo… tengan una vida amorosa tan desastrosa.
Alguno habrá que ha podido mantener ambos, pero a costa de los otros fogones: salud y amigos.▲
Estrategias para balancear una nueva etapa en la vida
Aceptemos de una vez por todas que no podemos estar al máximo en todas las área de tu vida.
Que no podemos petarlo en todo.
Nuestro tiempo y energía son limitados, lo que hace que cada elección tenga un coste.
Un coste que será de uno de estos dos componentes: de tiempo y/o de energía.
Física o mental. No importa. Todo es energía.
James Clear, el autor de Hábitos Atómicos mencionaba tres estrategias. No para saltarnos el intercambio de llama en cada uno de los fogones, claro. Sino estrategias para abrazar esta gestión. La llama que le queremos dar a cada uno.
Delegación
Delegar pequeños aspectos de la vida.
Lo hacemos constantemente.
Le pedimos a otras personas que nos dejen un poco de su gas. Como cuando juntas dos cerillas para que la llama sea un poco más grande.
Los emprendedores delegan partes del proyecto a un equipo a sueldo para que como emprendedor puedan:
- O bien liberar espacio de su día para intensificar la llama de los otros fogones
- O crear una super llama al fogón del emprendimiento porque es su maldito propósito y no quieren ni mirar a las otras áreas de su vida porque en ese momento, en esa etapa, no les aporta tanto.
Los padres dejan a sus hijos a la guardería o los llevan a la escuela a pasar 6 horas diarias.
Que sí.
Que lo hacen para que aprendan y tal, pero todo el mundo acepta que parte para hacerlo es liberar espacio del día de los padres para que ellos puedan ir a trabajar.
Delegar suena genial, pero estamos dando el poder del gas, de la llama a terceras partes.
Ya sabemos lo que esto significa en los ejemplos que he dado.
Los padres removiéndose de la ecuación para liberar tiempo de su día mientras el hijo es enseñado, educado y domado por el Estado tiene sus riesgos.
O imaginemos a un emprendedor, creador o artista que ha decidido crear su proyecto ideal precisamente para canalizar una sensación de propósito o transcendencia.
La delegación tiene su sentido de ser, pero hay que ir con pies de plomo para no delegar la esencia o lo más importante. Fijaros que:
Aprovechamiento
La atención que ponemos importa más que el tiempo que tenemos.
Todos tenemos las mismas 24 horas diarias, pero pocos tienen la capacidad de atención para aprovecharlas.
En vez de estar ahí deseando que tuviéramos más tiempo (algo imposible), tiene más sentido simplemente aprovechar este tiempo al máximo.
O en otras palabras: aceptar el número limitado de naranjas que tenemos, pero apretarlas más para que saquemos más jugo.
Tener una visión en la que primero estamos aceptando las restricciones logísticas para, una vez aceptadas, preguntarnos como podemos ser lo más efectivos posibles.
- Si asumo que sólo puedo trabajar en mi proyecto paralelo 2 horas al día durante 5 días la semana, ¿cómo me aseguro de que trato la procrastinación?
- Si asumo que sólo tengo 2 horas a la semana para hacer ejercicio, ¿qué ejercicios y rutinas me darán el máximo de beneficio y adherencia para ganar masa muscular más rápido?
- Si asumo que sólo tengo 30 minutos diarios para escribir, ¿cómo puedo hackear mi entorno para aprovecharlos al máximo?
Básicamente estamos apartando la frustración de desear más tiempo para maximizar lo que sí podemos manipular: el uso efectivo de nuestros recursos, como es la atención.
Sabemos de buena pasta que las limitaciones nos ayudan a ser más productivos.
Ya sean autoimpuestas o no.
Algo que demuestra la Ley de Parkinson, donde se ve como nuestras fechas de entrega se expanden tanto como tiempo tenemos para entregarlo.
Es decir, que si tienes 2 semanas para hacer algo, por estadística lo más probable es que lo termines cerca del final de estas dos semanas que no al principio.
¿Existe una parte negativa? Pues claro.
Imagina dos personas que son exactamente igual de efectivas pero una tiene 10 horas al día para hacer algo y la otra 2 horas… Lógicamente quien se adelantará en ese campo va a ser el que tiene más tiempo.
Claro que la persona que tiene 10 horas es porque ha decidido (conscientemente o inconscientemente) minimizar las otras llamas de sus fogones.
Estaciones
Quizás temporalmente, que es precisamente la otra estrategia de cómo aprender a gestionar estos fogones:▼
Abrazar la estación de la vida en la que te encuentres.
Del mismo modo que aprovechas la estación de invierno para ir a Andorra a esquiar y el verano para ir a la playa, abrazar una época de la vida según te pide el cuerpo es una estrategia digna de una persona multipotencial.
No tiene maldito sentido que quieras abrazar la estación de ser padre cuando tengas 20 años, en cambio a tus 30 o 40 años, en los primeros años de vida de tus hijos tiene todo el sentido del mundo.
Cuando seas padre, cuando tu familia, hijo y mujer te necesiten más, sería una bofetada a la vida que dijeras «pues ahora me pongo 12 horas al día en mi proyecto».
Lo interesante es que parece ser la propia vida la que nos pone en nuestro lugar.
Algunas veces me he encontrado con la pareja ideal sin buscarla. Cuando llevaba meses centrándome en mis proyectos, y cuando viene algo así de una forma tan orgánica, el propio cuerpo te dice que te entregues en cuerpo y alma a regar algo que puede crecer hasta convertirse en un árbol centenario.
A poner las raíces en el momento que más le hace falta, que es… al principio.
No tenemos que abandonar nuestros sueños para siempre, sino que los podemos poner en pausa temporalmente.
La mayoría de veces seguirán esperándonos, pero las épocas de la vida no.
Épocas, estaciones que te pedirán que enciendas al máximo la llama del fogón mientras reduces dos de los otros fogones.
Esta es una de las estrategias que me gusta más. Supongo que porque es la que me ha funcionado mejor.
Cuando he respirado y vivido mi emprendimiento, me ha hecho avanzar tanto, que cuando siento que la época de la vida me pide que equilibre todos los fuegos, mi «modo mantenimiento» en algunas áreas hace que sean unas llamas contundentes.
Por mucho que pueda ser frustrante que tenga que estar una época sin potenciarla.
Me gustan los extremos temporales.
Abrazar una época para después pausarla (no pararla) cambiándola por otra.▲
Tipos de ámbitos de la vida personal
Fijaros que sí. Los ámbitos de los cuatro fogones son representados por llamas, pero muchas veces ponemos el foco en las llamas de cada fogón sin ni siquiera darnos cuenta de que vamos por la vida con la bombona de butano vacía.
Se centran en querer gestionar el gas, la llama de cada uno de sus fogones fijándose en la ruedecita a ver si ponen el gas al 1, al 2, al 3, o al 4, cuando en realidad… no hay llama que hacer crecer.
Nuestro primer trabajo en cada uno de estos ámbitos es en haber almacenado suficiente gas para poder administrarlo bien.
Me parece perfecto que estés dispuesto a balancear la llama de tus relaciones para combinarla con otros aspectos de tu vida, ¿pero tienes buenas relaciones de entrada?
Es muy bonito decir que quieres una relación sana de pareja para poderla combinar bien con el trabajo, los amigos y todo el rollo. Pero asegúrate de haberla cultivado antes.
La teoría de los cuatro fogones sirve para entender cómo manejamos los activos emocionales de nuestra vida que ya tenemos.
Relaciones
- Artículos sobre relaciones para llenar tu bombona
▼Empezando por las relaciones ya no románticas, sino en general (amigos, familia, pareja…) es el área que tiene más impacto en nuestras vidas.
El estudio más largo sobre la felicidad de la mano de Harvard siguió a más de 700 hombres durante 80 años para terminar concluyendo que eran las relaciones.2Solan, Matthew. 2017. “The Secret to Happiness? Here’s Some Advice from the Longest-Running Study on Happiness – Harvard Health.”
Que las relaciones no sólo nos afectaban tanto a nivel felicidad, sino incluso a la longevidad.
Se acostumbran a separar las relaciones en los «fogones» porque como la evidencia nos confirma, las amistades y el amor no son mutuamente excluyentes.
En un estudio de hace un par de décadas se vio como las personas casadas entre 22 y 79 años que reportaban tener al menos dos amigos cercanos (es decir, al menos uno más a parte de su pareja), tenían niveles más altos de satisfacción con la vida, más autoestima y menos niveles de depresión que los que sólo consideraban a su pareja la única amiga.3Birditt KS, Antonucci TC. Relationship quality profiles and well-being among married adults. J Fam Psychol. 2007 Dec;21(4):595-604. doi: 10.1037/0893-3200.21.4.595. PMID: 18179331.
No es la ausencia de amor sino la ausencia de amistad lo que hace infelices a los matrimonios. – El bueno de Friedrich Nietzsche
Es una buena frase que además está respaldada por evidencia, pero no nos hace falta mencionar que Nietzsche nunca se casó y que varias mujeres rechazaron sus propuestas de matrimonio…
Te entiendo, compañero.▲
Salud
- Artículos sobre salud para llenar tu bombona
Lo que no entiendo tanto es la poca importancia que le ponemos a la salud, como uno de los fogones más descuidados de todos.▼
Para mí, si no tenemos salud, no tienes absolutamente nada.
Hablo de la física, pero también de la psicológica. Aunque si tenemos consciencia de las intensidades de nuestros fogones se nos será casi imposible tener días malos.
Pero esta salud generalizada no sólo la entiendo como mover el cuerpo de forma intensa con un buen plan de entrenamiento… no.
Estoy hablando de caminar, por ejemplo.
No sabéis las veces que me han salvado las caminadas para ordenar los pensamientos en momentos de carga emocional.
Se me carga la bombona de butano en el gimnasio con la música pop-punk que me pone de buen humor, pero a veces se me carga tanto (o más) con paseos que me organizan los pensamientos.
Si no camino, es como ir dejando la ropa limpia y sucia encima de la cama y no dignarme a ordenarla nunca.▲
Trabajo
- Artículos sobre productividad para llenar tu bombona
Y finalmente el trabajo, que ha recibido tanta mala reputación en los últimos años.
Normal.
Si la gente odia lo que hace, lejos de encontrar su trabajo ideal.
Lo he dicho más de una vez por aquí: quiero seguir haciendo lo mismo que estoy haciendo ahora cuando tenga +100 años.
Mi trabajo se ha convertido en mi propósito, en algo que siento que es una parte importante de mí. Transcendente, sin techo, y que me hace crecer (al menos) un 1% diario.
La vida son etapas y si estás disfrutando como un niño lo que estás haciendo 8 horas al día, ¿para qué te tendrías que sentir culpable de ello?
El balance sólo se vuelve necesario cuando no tienes suficiente fuego dentro tuyo.
El objetivo no debería saber ajustar la intensidad de la llama de tu trabajo… porqué al fin y al cabo no tendrías suficiente llama para darle más gas.
En absoluto.
El objetivo actualmente para algunos debería ser rellenar esa bombona de butano.
Para poder, entonces sí, hacer que tu trabajo sea ajustar la llama de cada ámbito de tu vida según la etapa o época en la que sientas que quieras cocinar.
Bibliografía: fuentes, referencias y notas
Conviértete en un ninja de la vida
Avánzate a los cambios económicos, sociales y culturales.
Desarróllate uniendo fuerzas con otros multipotenciales.
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