▼El empleo que tenemos nos define.
Piénsalo un momento.
Si tu profesión, tu máxima pasión y vocación es tocar la guitarra a la que le dedicas 8 horas al día, estarás orgulloso de hacerlo.
Dirás, «pues claro que mi pasión me define».
Pero, ¿te define porqué es una actividad que te apasiona? ¿O te define porqué estás dedicándole 8 horas al día?
Si fueras un basurero recogiendo bolsas de basura para ponerlas en un camión apestoso cada día a las 2 de la madrugada, ¿aceptarías de tan buena gana que el trabajo define el tipo de persona que eres?
No querrías aceptarlo.
No porque sea mentira sino porque no te gusta lo que haces. A pesar de hacerlo 40 horas a la semana.
¿Cómo no va a definirnos a lo que dedicamos 90.000 horas durante toda nuestra vida? A lo que dedicamos un tercio de nuestra longevidad.1“One Third of Your Life Is Spent at Work.” 2023. Gettysburg College.
¿A caso no dirías que alguien es un mecánico si se pasa un tercio de su vida reparando coches? O si alguien se pasa un tercio de su vida escribiendo, ¿no lo llamas «escritor»?
Los llamamos así sin haberles preguntado si odian o aman su oficio porque…
Son nuestras acciones lo que nos definen. No nuestras pasiones.
Por esto para que nuestra pasión nos defina, el único a camino a seguir es accionar esa pasión.
Si lo único que haces es convencerte de que tienes una pasión pero no la ejerces, ¿cómo puedes permitirte el lujo de decir que tu pasión te define cuando no le dedicas tiempo?
Sería como no dedicarle tiempo a tu hijo pero autodefinirte como «buen padre».
Pues igual que le debes a ese hijo dedicarle tiempo, también te debes a ti mismo, destinar un tercio de vida a hacer algo que te haga sentir que sigues vivo mientras lo haces.
Porque somos lo que hacemos. Ni lo que pensamos ni lo que decimos. Sólo puedes avanzar tomando la acción de caminar. No de pensar en hacerlo.
El precio a pagar por la inacción es mucho más elevado que el precio de cometer errores.
De lo contrario un día te sonará la alarma del trabajo para darte cuenta de una ironía de la vida. Para darte cuenta que has muerto dos veces.
Habrán pasado 20 años en los que has estado trabajando en algo que no te gusta, pero no sólo habrás desperdiciado un tercio de tu vida, sino que encima tu vida se habrá acortado.
En serio.
La evidencia nos muestra como un trabajo poco satisfactorio nos acorta años de vida.
O en otras palabras (para hacerlo más positivo), que construir tu trabajo ideal tiene una relación directa con tu longevidad, mejores relaciones y vida más sana2University of California – Riverside. «Keys to long life? Not what you might expect.» ScienceDaily. ScienceDaily, 12 March 2011..
Estamos hablando de un estudio de 80 años de duración (parece que esos investigadores si que estaban disfrutando de su trabajo).
Vamos, que si no tienes un trabajo que te gusta, te estás matando… dos veces. Una por el tiempo perdido y otro por el tiempo acortado.
Por esto digo que el trabajo nos define. Las buenas noticias es que nos define hoy.
No somos lo que ayer estudiamos, el trabajo que tuvimos, los títulos que ganamos o los proyectos que creamos o publicamos. Somos lo que estamos haciendo hoy (twitéalo)
Crear ese trabajo ideal no sólo nos lo debemos a nosotros, nuestro tiempo y nuestra atención (signo de autorespeto), sino también al mundo y a los que nos rodean.
Algo que es mucho más fácil de decir (o escuchar) que de hacer… aunque se hace más fácil accionando algunas pautas que podemos seguir.▲▼
El trabajo de mis sueños
Existe una relación directa entre felicidad y el éxito de nuestras carreras profesionales3Boehm, Julia & Lyubomirsky, Sonja. (2008). Does Happiness Promote Career Success?. Journal of Career Assessment – J CAREER ASSESSMENT. 16. 101-116. 10.1177/1069072707308140. 4Allen, Mark & McCarthy, Paul. (2015). Be Happy in your Work: The Role of Positive Psychology in Working with Change and Performance. Journal of Change Management. 16. 1-20. 10.1080/14697017.2015.1128471. . ¿Y cómo no va a hacerlo? Partiendo de la base de que:
La felicidad es el subproducto de tu estilo de vida. De tu día a día.
Pasamos 40 horas a la semana en las tareas que los títulos de nuestros trabajos nos dan. Pues claro que va a estar relacionada el total de nuestra felicidad con lo que estamos haciendo durante 40 horas de nuestra semana.
Pero a pesar de tener la suerte de ser de una parte minoritaria de la civilización occidental que ama lo que hace para vivir, no caí en lo que hago.
Ninguna persona (emprendedor o asalariado) que etiquete su trabajo de ideal lo hizo.
Nadie ha caído por arte de magia en un empleo perfecto de forma consciente.
Lo hemos ido montando como un Lego.
No sólo se trata de buscar todas las piezas que el mercado y tu intención te pueda proporcionar, sino tan importante será tu habilidad de entender, de saber cuáles son las piezas que estás buscando.
¿Qué quieres construir exactamente? ¿Tienes la habilidad para montar tu visión? ¿Serás capaz de desmontar y volver a ordenar si ves que esa construcción no te está quedando como querías? ¿O te desesperarás aceptando que nunca lo vas a montar?
Y sobretodo: ¿tienes las ganas para buscar proactivamente tiendas perdidas de la mano de Dios para buscar esas piezas (habilidades o recursos) que dices necesitar?
Muchos de nosotros hemos estado viviendo muchos años con una pasividad limitante que nos hacía aceptar que sólo tenemos los Legos que tenemos. Que sólo podemos construir con esas piezas. Que no hay opción de más.
Cuando terminas dándote cuenta, es cuando duele.
Como cuando caminas por tu apartamento con las luces apagadas y terminas pisando piezas de Lego de las que te habías olvidado que poseías.
Ese era el único dolor, el único input que necesitabas para hacer algo al respecto.
Mis pisadas de Lego fueron las experiencias que viví en Canadá que me hizo querer montar algo online para vivir de esa manera para siempre.
Fueron los primeros 50€ que generé por internet con mi primer blog.
Fueron la vez que dejé mi trabajo de estudiante para dedicarme exclusivamente a construir el trabajo de mis sueños (o que para aquel entonces pensaba que era el trabajo de mis sueños).
Gracias a todas estas pisadas de Lego ahora sé por donde tengo que caminar y cuáles eran las piezas que había perdido por el camino.
Quiero seguir haciendo podcast y escribiendo mis guiones aunque tenga 120 años. Algo que por cierto, es totalmente viable ahora que conocemos esos estudios que demuestran que ser apasionado de tu trabajo te hace vivir más tiempo…
Pero lo importante hoy no es hacia dónde llegaré, sino cómo llegué hasta aquí.
No tenía un plan para terminar aquí, pero hechando la vista atrás sólo puedo ver que todos los caminos que tomé, me llevaron en esta dirección.
- En mi colegio de primaria creamos una pequeña radio local hecha por los alumnos aunque sólo escuchaban los padres. Me encantaba hacer de locutor. Hablar por el micrófono, escuchar mi voz a través de los auriculares… Pero nunca le di más vueltas.
- Desde 2009 empecé a escribir al ver la película Hacia Rutas Salvajes haciendo que nunca dejara de hacerlo para ordenar mis pensamientos. Podríamos decir que ya estaba creando guiones aunque fuera de forma analógica.
- En 2014 empecé a hacer blogs para posicionarlos en Google con SEO. Me encantó hacerlo aunque fuera puramente por interés económico. Supongo porque se trataban de mis propios proyectos.
Cada uno de estos proyectos me definió durante el tiempo que estuve haciéndolo, pero aún así había piezas que no terminaban de encajar.
Sentía que me faltaban algunas.
En cambio ahora mismo, todo encaja.
Veo bases sólidas en mi castillo Lego. Me gusta como está quedando y sólo puedo pensar en seguir construyéndolo.▲
Las cualidades del trabajo ideal
Existen algunas de las piezas de Lego que las estadísticas dicen que son las que la mayoría más valoramos para construir nuestro trabajo ideal.5Flynn, Jack. 2023. “43 Incredible Job Satisfaction Statistics [2023]: Average Job Satisfaction in the US.” Zippia.6“Job Satisfaction Statistics 2023 | UK + Global Report.” 2022. StandOut CV
A pesar de que personalmente no interpreto las estadísticas como evidencia conclusiva, sí que nos pueden ayudar a empezar a preguntarnos que valoramos más y menos en un empleo.▼
Por esto he listado siete elementos o cualidades que me han servido para cimentar las piezas con las que afirmo que quiero seguir haciendo lo que hago con 80 años.
Que si me muriera mañana, estaría contento de las horas que he pasado aprendiendo, buscando información, divulgando, conectando con la comunidad y todo lo que esto implica.
Con los (literalmente) cientos de mensaje que recibo semanalmente de la audiencia, me he dado cuenta que cuando todos estos puntos se cumplen, no sólo estoy amando lo que hago, sino que mi trabajo me ama de vuelta. Pregúntatelo:
Si el trabajo fuera tu amante, ¿te amaría de vuelta?
Siento que más que un trabajo, estoy delante de una oportunidad de mi vida.
Una oportunidad en la que estoy trabajando.
Estar haciendo algo a diario donde las personas y/o proyectos con los que trabajas te impulsan a ser mejor, que te llene de pasión, que sientas que lo que haces cada día tiene transcendencia, que encima te hace aprender y contribuir.
Que todo esto está maximizando tus habilidades e incluso tu potencial de ganancias monetarias, empezando por las personas.
Personas
- ¿Puedo aprender de ellos?
- ¿Aumentan mi nivel?
- ¿Pertenezco a su comunidad?
- ¿Me inspiran?
Lo que me hizo mantener mi trabajo de estudiante en un almacén de Decathlon no fue la flexibilidad horaria, sino las personas.
Las 4, 5, 6 horas diarias que podía pasar allí levantando cajas para combinar con los estudios se fue mentalmente muy llevadero gracias al buen rollo que había con los demás trabajadores.
Simplemente había buen rollo.
Entrar, trabajar y salir de buen rollo en un trabajo es mucho más escaso de lo que algunos creen, pero en cambio ahora aún tengo mucho más que esto.
Es verdad que creando contenido estoy muchas horas solo. Escribiendo. En cafeterias. Pensando. Grabando…
Pero el círculo de personas extraordinarias de la comunidad que este proyecto ha juntado, se ha convertido en la mejora, el pico que ha hecho evolucionar el buen rollo a mucho más: curiosidad, inspiración, motivación y sobretodo conocimiento.
Cuando trabajo, no acostumbro a estar rodeado de los oyentes o miembros (algunas veces sí), pero este círculo, estas conexiones, son el subproducto de mi trabajo que muchas veces se terminan transformando en amistades (…).
El trabajo ideal tendrá una cultura que encaje con el tipo de personas que admiras.7BASILIO, G. J., & Abun, D. (2023). The Effect of Workplace Relationship on Job Satisfaction of Employees: School Context . Divine Word International Journal of Management and Humanities (DWIJMH) (ISSN: 2980-4817), 2(1), 227–242.
Si tienes la oportunidad, ve a trabajar para (o con) tus heroes.
Una satisfacción va mucho más allá de las personas.
Se ha visto como la propia cultura de la empresa por la que se trabaja (o la que has creado) puede crear ya un 50% de satisfacción del curro.8Syamsuddin, Rahmi & Pratama, Angga & Oktora, Jublina & Sunarsi, Denok. (2021). Impact of Organizational Culture on Job Satisfaction (An Empirical Study on PT Telkom of Makassar Regional Office). 10.4108/eai.17-7-2020.2302982.
O sea que algunos trabajadores, sólo por tener presente y grabados en su cabeza los esquemas, las expectativas de la corporación por la que trabajan, ya sienten satisfacción.
Siempre que se alineen con sus valores personales, claro.
Siendo seres sociales, tiene sentido que 40 horas diarias sean influenciadas por las relaciones. Las personas.▲
Proceso
- ¿Disfruto las partes del trabajo que otros pueden considerar aburridas?
- ¿Qué procesos aburridos y necesarios de mi trabajo disfruto como un niño?
Pero está claro que en los trabajos no somos sociales y ya está.
Desgraciadamente para algunos, antes que las relaciones, los trabajos son agrupación de tareas.
De hecho ni siquiera son los títulos que estos trabajos representan.▼
Pensamos en nuestros empleos como cajas de las que es muy difícil salir: soy profesor, soy trader, soy pintor, soy programador, soy gigoló…
Ponemos ese glamour a lo que el título nos da, en vez de las tareas específicas que estaríamos haciendo durante el día a día.
No quieres ser el pintor. Quieres haber pintado.
Quieres sentirte bien después de haber enseñado a tus alumnos. O de haber picado un código perfecto. O de haber hecho una operación de bolsa en verde…
No quieres pasar por todo el proceso tedioso de manipulaciones psicológicas a los alumnos, ni pasarte horas intentando ver qué está fallando en el código que llevabas días picando, ni tener que lidiar con pérdidas de miles de euros porque la has cagado en tu trade del día…
¿O quizás sí lo quieres?
Sabrás que has encontrado el trabajo ideal cuando te hayas enamorado de los procesos que los demás etiquetan de aburridos externamente.
Es exactamente el mismo motivo por el que me propuse no leer libros irónicamente para aprender más.
Porque me di cuenta que no quería leer. Lo que quería era haber leído.
No es para todo el mundo escribir 2.000 palabras diarias como si tuvieras deberes del cole para toda la vida.
Pero un escritor sentirá que mientras pica ese teclado, las frases compondrán una melodía comparable con un pianista picando su teclado.
Otro lo único que verá son letras, pero en cambio esa misma persona se enamorará del proceso de ver gráficos de trading o la psicología de las operaciones de inversión.
Que el escritor odiaría.
¿Qué procesos te enamoran a ti tanto como para los demás consideran aburridos?
Son esos procesos aburridos los que pavimentan el camino en dirección a cosas más grandes.
Los demás sólo soñarán con conseguir lo grande, pero son los que se toman el tiempo (y el disfrute) de pavimentar bien con tareas pequeñas y aburridas los que llegarán al resultado con glamour.
Que irónicamente disfrutarán menos que la pavimentación. Que a su vez es lo que generará el momentum, el interés compuesto.
Son esos que disfrutarán del puzzle de los ladrillos que están poniendo.▲
Crecimiento
- ¿Podré mejorar mis habilidades existentes? ¿Aprenderé habilidades nuevas?
- Cuando mis habilidades crezcan, ¿pueden crecer también mis responsabilidades?
- ¿Puedo verme convirtiéndome en el tipo de persona que quiero ser gracias a esto?
- ¿Hasta donde puedo crecer? ¿Le veo un techo a este trabajo?
¿Puedes ver un sendero más allá de los requisitos y responsabilidades? Porque a veces una oportunidad que ahora parece desafiante puede parecer un callejón sin salida más adelante.
Por esto tenemos que tener nuestros ojos de vista de pájaro siempre abiertos. Tener presente tanto lo micro (pavimentar) como lo macro (vista de pájaro).
Nadie considerará que tiene un trabajo ideal que no le permite seguir construyendo, pavimentando, seguir creciendo.
Lo que me pregunto constantemente con lo que hago es… ¿dónde está el techo? ¿Puedo ver el final del camino? ¿Hasta cuanto puedo crecer?
Para mí el trabajo perfecto no tiene techo. O se me hace muy difícil alcanzarlo.
Realmente este tipo de techo puede tomar muchas formas, el más obvio es el monetario. Si sabes que sólo vas a cobrar 1.000€ al mes para siempre, por mucho que los otros factores estén perfectamente alineados, no será alineante.
O lo será temporalmente.
En cambio un incremento ya sea de posiciones, de títulos, de tareas y/o de salario nos puede ayudar a convertirnos en el burro que sigue adelante con la zanahoria.
El burro con la zanahoria puede parecer… un burro…
Y lo es. Pero sin darse cuenta.
¿Y qué más da? Si gracias a la zanahoria que no ha dejado de perseguir le ha hecho que avanzara más que todos los demás burros.
La gracia es que esta zanahoria nos la tenemos que haber puesto nosotros mismos delante. Es decir, haber considerado por nosotros mismos qué es lo que nos importa, en vez de dejar que sean terceros los que decidan por nosotros.
Autonomía
- ¿Tengo cierto grado de independencia para navegar este barco en la dirección que creo conveniente?
- ¿Tengo gente encima constantemente que bloquea lo que quiero hacer?
Sin importar el tipo de trabajo, igual que en la vida, necesitamos sentirnos autónomos, independientes, a la hora de considerar un trabajo como «ideal».
Sin importar si eres asalariado o emprendedor, cuanto más florecemos en lo que hacemos, más crece esta necesidad de autonomía.
Si eres emprendedor, cada vez delegarás más por lo que te quedarán las manos más libres… Un tiempo que seguramente destinarás para ajustar o balancear otras áreas de la vida. O para expandir más el negocio, porqué al fin y al cabo te encanta lo que haces.
Pero es que si eres asalariado cada vez se te van a encomendar más tareas precisamente para que tengas la autonomía de hacerlas o manejarlas como te plazca.
Depende del trabajo la autonomía cobrará más o menos importancia a nivel emocional. Al sentido de propósito que nos puede dar al trabajo.
Es como cuidar de tu hijo por la tarde comparado con cuidar el hijo del vecino una tarde.
No es que odies al hijo del vecino, pero prefieres cuidar a tu hijo porque… es tu hijo.
Por esto he remarcado más de una vez que a mi…
No me gustan los negocios online. Me gustan mis negocios online.
Se me hace difícil imaginándome a sueldo grabando o narrando en una radio, para un podcast ajeno, o escribiendo para otro blog. ¿Por qué? Porqué a nivel personal el grado de autonomía que necesito para considerar un trabajo ideal es bastante elevado.
Pero la autonomía no sólo es definida por los procesos de nuestro trabajo ideal, sino también por el entorno.
Algo que la plandemia puso de manifiesto.
Por esto las estadísticas han visto como sólo por tener la opción de trabajar en remoto ya hay un incremento de 7% en la satisfacción del trabajo que usamos.9“Statistics on Remote Workers That Will Surprise You – Apollo Technical LLC.”
Tiene todo sentido del mundo si pensamos que nos podemos desgeolocalizar cuando queramos.
O al menos hacerlo más a menudo.
Y aunque la autonomía física (desde donde trabajamos) sólo es una parte de la ecuación en esta libertad, es seguramente la característica que más ha puesto de manifiesto lo importante que es.
Sueldo
- ¿Puedo monetizarlo?
- ¿Puedo ir escalando lo que cobro?
En cambio el factor que hemos visto que tenía un efecto opuesto a lo que valoramos es el dinero.▼
El dinero es seguramente lo primero que nos viene a la mente cuando nos planteamos cómo podríamos conseguir el trabajo ideal.
Pensamos que existe una relación directamente lineal entre sueldo y satisfacción pero los datos nos muestran lo contrario.
Es verdad que ser parte de los que cobran menos de 25.000€ al año (en America, en Europa serían unos 15.000€ proporcionalmente) te hace muy propenso a estar poco satisfecho con el trabajo,10de Castro AB, Gee GC, Takeuchi D. Relationship between job dissatisfaction and physical and psychological health among Filipino immigrants. AAOHN J. 2008 Jan;56(1):33-40. doi: 10.3928/08910162-20080101-01. PMID: 18293598; PMCID: PMC3042893. haciendo que cuanto más cobres más lineal sea tu grado de satisfacción…
Pero sólo hasta cierto punto.
En EEUU se ha visto como cualquier trabajo que pague más de 75.000€ años automáticamente ya tiene una media de satisfacción de un 60%.
¿Qué podemos extrapolar con esto? Que si ajustamos el coste de la vida con el país en el que vivimos, por ejemplo España:
Cobrar más de 50.000€ al año tiene poco efecto en lo satisfecho que estamos con nuestro empleo.
No vamos a negar que el sueldo importa, pero ahora sabemos que el dinero sólo importa hasta cierto punto.
Pasada esta franja deja de ser (tan) relevante.
El dinero importa, pero más que a la cantidad máxima a la que debemos aspirar, pienso en «¿hasta cuánto puedo valer?». No yo como persona, sino lo que estoy ofreciendo.
Como regla general, más que tener presente lo que quiero cobrar, es pensar en lo que no quiero cobrar. En lo que no creo valer.
Si no estamos inspirados por personas, motivados por propósito, disfrutando esos procesos aburridos y sin un camino por delante que veamos que nos hace crecer, no habrá una cantidad de dinero que sea equiparable con algo con lo que te veas haciendo toda tu vida.
En este aspecto veo al dinero como en un videojuego. Como puntos.
Si lo vas haciendo bien, vas consiguiendo más puntos. Además fijaros como en todos los videojuegos aunque te maten varias veces y no lo hagas demasiado bien, sólo por el hecho de haber estado horas jugando, ya has acumulado muchas monedas.
Por esto no le tengo miedo a la mediocridad. Porque las horas pasadas en procesos aburridos me ha enseñado que el volumen siempre superará al perfeccionismo.
Fijaros que a pesar de que todo el mundo dice que le gustaría hacer más dinero en sus trabajos, y a pesar de que hemos visto que pasado cierto punto hacer más dinero no significa más satisfacción de trabajo, resulta que hay ciertos sectores en las que se reporta más felicidad.
Los que trabajan en el servicio público tipo medicina o humanidades reportan más satisfacción.
No hay que ser un lumbreras para ver que no es el sueldo sino el significado, propósito o impacto lo que les hace gustar más lo que hacen.▲▼
Impacto
- ¿Estoy creando una diferencia?
Profesores de lengua y literatura, cirujanos, educadores, psiquiatras, terapeutas, epidemiólogos… Son profesiones de estos gremios en los que +90% de asalariados reportan tener altos grados de significado.
Un indicador más elevado que el propio salario.
El significado, la transcendencia, el impacto de nuestro trabajo es lo que nos hace preguntarnos qué querrías escrito en tu nicho. No en tu blog nicho, sino en tu nicho del cementerio. En tu lápida o tumba.
Imagina que quedan cubiertas las parte de «buen padre, marido y amante», pero que queda espacio para poner algo relacionado a lo que has dedicado tu vida.
A tu arte.
Es lo que las personas (ni familiares ni amigos) en tu funeral dirían sobre el impacto que has tenido en su vida.
Dicen que hay dos tipos de muerte la primera es cuando fallece nuestro cuerpo físico y mente consciente.
La segunda manera de morir es cuando alguien en el mundo deja de decir tu nombre. Deja de hablar o pensar en ti.
Hace unas semanas volví a mirar una de mis películas animadas favoritas, Coco, dónde representan este tipo de muerte con los muertos volviendo a morir, llamándolo La Muerte Final.
Considera el legado que vas a dejar.
El impacto de lo que hacemos en el día a día. No tiene porque ser sólo en el trabajo. El legado que vas a dejar como padre, marido, amigo, corredor de maratones (lo que sea que te importe).
Pero si no estamos aprovechando esas 40 horas semanales trabajando en algo, parece que estamos dejando otra de tantas oportunidades para dejar huella.
Para causar un impacto.▲▼
Propósito
- ¿De qué manera impacta a la vida de los demás?
Una de las cosas que me encanta cada episodio del podcast o publicación en el blog es que estoy dejando una cápsula en el tiempo.
Una parte de mí de lo que me pasaba por la cabeza en ese momento.
Queda para la posteridad… o hasta que internet deje de existir en el momento que algún planeta o asteroide colapse contra la Tierra.
Claro que podría dejar en el pasado «cápsulas cuñadas», pero he asimilado que quiero convertir este impacto en algo transcendente.
Cuando recibo mensajes privados por las redes diciéndome que el hijo la esposa embarazada de un oyente le ha hecho un vuelco la salud (para bien) al animarla a probar una dieta más ancestral, ¿cómo creéis que me siento?
Pues siento que lo que estoy haciendo es mi maldito propósito por la transcendencia que está teniendo todo el contenido.
El propósito lo podríamos traducir también como el significado.
Una sensación de propósito es lo que transforma un trabajo en una misión.
Un propósito nos da una motivación intrínseca que un sueldo por sí solo no nos puede ofrecer.
Ojo con este último punto.
A pesar de saber que algunas tareas no dependerán de las ganas que tengo ese día de hacerlas, sino de como de disciplinado soy (#322), cuando todos los puntos anteriores se cumplen, es entonces cuando siento como cuando en el Super Mario coges una de esas estrellas que hacen que nadie te pueda tocar.
Me levanto cada maldita mañana con motivación de empezar a trabajar.
Claro que habrá cosas que no querré hacer, pero el truco está en intentar alcanzar el estado de flow (#486) en las primeras horas del día.
Algo que me recarga de vitalidad, energía y positivismo haciendo que las partes que tengo menos ganas de hacer, parezcan menos negativas si las hago luego.
O que el resto del día venga de bajada.
Nunca he terminado de sentir propósito por ninguna actividad que hacía hasta que las personas, los procesos, el crecimiento, la autonomía, el sueldo y el impacto se han juntado en un solo sito.▲▼
Pasos para manifestar el trabajo que quieres
Pero os quiero recordar muy rápidamente que no terminé sintiendo esto por mi trabajo por mera suerte. Aunque no pueda evitar pensar que tengo mucha suerte.
Quizás si hubiera idealizado mi trabajo perfecto antes de alcanzarlo, lo habría dejado porque no hubiera coincidido con la fantasía que tenía que ese trabajo sería.
¿Tiene sentido?
A veces pensamos que tenemos una pasión pero sólo estamos idealizando la idea de esa pasión. Idealizándola mucho antes de que hayamos tenido la oportunidad de sumergirnos en ella.
Es lo mismo que nos sucede cuando estamos intentando buscar las cualidades de la pareja perfecta (#519). La idealizamos en vez de toparnos con ella. O «construirla».
El enigma que nos surge es… ¿cómo terminar topándonos con el trabajo perfecto? ¿O qué creo que volvería a hacer yo que me ayudó a terminar con un curro que considero mi misión de vida?
Dile que sí a todo el mundo
Lo primero que haría para encontrar o crear un trabajo ideal que aún no no sepa cuál es sería… decir que sí a todo.
A absolutamente cualquier oportunidad que se me pusiera por delante.
Lo que es irónico porque ahora que sé lo que quiero hacer con mi vida, tengo que hacer todo lo contrario: aprender a decir que no al máximo de cosas (#439).
Evitaría comprometerme con títulos oficiales a toda costa. Olvida los grados de varios años.
Píllate esos cursos ligeros, tranquilos. Combínalos con otros cursos.
Empápate no sólo de formación sino también de eventos y personas de montones de disciplinas.
Y mientras estés probando todo lo que siempre habías querido probar, rellenándote el calendario sin parar y dejando suficiente espacio para pasear y reflexionar, entonces pregúntate algo.
Pregúntate cómo luciría tu vida
¿Cómo lucirá mi vida después de 5 años siguiendo el trabajo que estoy haciendo ahora?
Esta es una pregunta que me hago constantemente cuando pienso en cómo el trabajo que tenemos moldea el estilo de vida que tenemos por motivos obvios.
No dejan de ser 40 horas a la semana que dictarán el nivel de energía que tenemos, la gente con la que nos relacionamos, y cuanto tiempo queda por hacer las otras cosas que queremos hacer.
Tengo muy presente que muchas veces idealizamos demasiado el tipo de vida que nos imaginamos teniendo, pero vale la pena tomarse un paseo para pensar que cosas ya sabemos que disfrutamos haciendo.
Es una buena manera para identificar si estamos en el camino correcto.▲
Redacta tu día y semana perfecta
Una forma para redireccionar mejor este camino es haciendo un ejercicio similar, pero en vez de imaginar cómo luciría nuestra vida haciendo lo que hacemos, sería imaginárnosla si tuviéramos el trabajo que pensamos que siempre hemos soñado.
Como ha demostrado la evidencia, escribir en papel es una de las mejores herramientas para ordenar pensamientos.
Cuando escribí mi día perfecto hace unos años, tuvo un impacto brutal en las acciones que tomé.
Se me hizo muy claro el trabajo que necesitaba y cómo me imaginaba viviendo.
Nunca terminé con ese día perfecto porqué 5 años más tardes lo volví a escribir para darme cuenta cómo había cambiado lo que consideraba un día y un trabajo ideal.
Hace 5 años no tenía podcast y sólo pensaba en generar dinero de forma remota, en cambio ahora que el proyecto ninja cumple con todo lo que hemos visto hoy, tiene sentido que mi día perfecto lucirá de forma totalmente diferente.
Porqué para nada pensé que me llevara a generar contenido. A tener deberes para toda mi vida.▼
Deja que madure un tiempo
Un trabajo que amas no tiene porque empezar siendo el trabajo ideal. No tienes porque empezar con tu posición ideal. Los que aman sus trabajos simplemente:
Encontraron un buen trabajo base que empezaron a moldear hasta terminar haciendo lo que más querían hacer.
Igual que cuando empiezas a salir con alguien.
No os empezáis a etiquetar de novios porque aún os estáis conociendo. Estáis adaptando vuestros estilos de vida al uno y al otro.
¿Qué te hace pensar que te vas a caer en la piscina de bolas del trabajo perfecto? Eso si es tener unas pelotas bien grandes…
Entonces, ¿cómo vamos poniendo las bolas dentro de esta piscina?
Dedicarle 15 minutos al día a una nueva habilidad
Todos esos procesos (que no títulos) serán lo que vivirás en tu día a día durante 40 horas a la semana.
Por esto tiene sentido empezar a sentir como te sientes al ponerte en los zapatos de alguien que tiene, no ese título, sino que tiene que hacer esas tareas empezando por 15 minutos diarios.
- Escribir 15 minutos al día
- Programar 15 minutos al día
- Estudiar leyes 15 minutos al día
- Pintar 15 minutos al día
Es mucho más fácil idealizar una profesión que de hecho llevarla a cabo…
Por esto hacer mini-vivencias de un tipo de profesión e ir ampliándolas con el tiempo nos hace ponernos en las carnes de nuestra versión futura viviendo esos trabajos.
¿Cuantas personas conoces que han dedicado una década en especializarse en algo para después darse cuenta que no es lo que querían hacer?
Se dieron cuenta sólo cuando empezaron a vivir ese trabajo.
No cuando lo estudiaban.
Pues claro. Si estudiar para un trabajo no estás viviéndolo.
Las prácticas de la carrera o los ciclos formativos no empiezan hasta que ya tienes unas bases de la educación de la profesión que estás estudiando.
Lo que es una paradoja porqué, ¿cómo sabes que querrás hacer eso por el resto de tu vida? Ya habrás perdido 2 años antes de empezar a hacer prácticas cuando podrías haber dedicado este tiempo a probar un trillón y medio de cosas.▲
Bibliografía: fuentes, referencias y notas
Conviértete en un ninja de la vida
Avánzate a los cambios económicos, sociales y culturales.
Desarróllate uniendo fuerzas con otros multipotenciales.
- Comunidad: aprende y comparte de +1000 otros como tú.
- Podcast premium: escucha episodios sólo para miembros.
- Boletín privado: recibe los únicos correos que mando.