Pau NinjaEn occidente estamos viviendo una crisis.
Una crisis economico-social que en mi opinión está fundamentada en una crisis de valores.
Unos valores personales que muy seguramente han sido manchados poco a poco por la inclusión de comodidades modernas que han succionado lo que quedaba del animal racional que llevamos dentro.
No sólo valores, sino valores tradicionales.
No porque etiquetemos a una creencia de valor ya se convierte en algo ético o moral.
Eso es una virtud, no un valor.
Por ejemplo si miramos a los valores que tenemos occidente podemos hacer una lista que es un engañabobos:
- Razón
- Ciencia
- Progreso
- Tolerancia
- Libertad
La mayoría salen del siglo XVII cuando los adeptos del racionalismo concluyeron que cualquier toma de decisiones podía hacerse de forma racional. Llegando a pensar que «si todo el mundo es racional, todos llegaremos a las mismas conclusiones y consensos porque estaremos siendo racionales, todos a una».
Sólo hace falta que nos pasemos por Twitter (aquí el mío) para darnos cuenta de que nada más lejos de la realidad.
Mark Manson lo describe muy bien en su libro «El sutil arte de que todo te importe una mi3*a», donde cuenta como nuestro cerebro está siendo pilotado en la mayoría de casos por nuestro «yo emocional», y no el «yo racional».
Esto es porque la función del cerebro no es resolver problemas complicados, generar dinero o hacer problemas matemáticos. Su función es hacernos llegar a mañana.
En el fondo el cerebro es una máquina perfecta que sabe lo que tú tienes que hacer para hacernos llegar a un mañana. Para sobrevivir.
Qué es el pensamiento racional
En la sociedad moderna valoramos la racionalidad porque nos permite parar, pensar, entender, evaluar y tomar acción para cumplir una finalidad.
Esto suena muy bonito, el problema es que nuestro cerebro no está hecho para la sociedad moderna. Simplemente porque nos seguimos rigiendo por nuestros instintos, por nuestras emociones.
Ejemplo de racionalidad
Es muy común ver persona con una idea de negocio o una relación de pareja mucho más tiempo después de que haya sido evidente que no va a funcionar.
La racionalidad te dice que no tienes que seguir ahí, pero tus sentimientos se interponen.
Como yo siempre digo, es muy fácil ser estoico leyendo un libro, pero a la hora de la verdad, nuestro cerebro emocional se interpone ante todo esto.
Racional VS irracional
Si echamos la vista a sociedades no occidentales como por ejemplo India, su visión del conocimiento no estaba basado en racionalidad. Para ellos lo racional no era algo a descartar, pero tampoco el pináculo del conocimiento, sino un eslabón más en la cadena que te hace ser sabio.
Para ellos ha sido la intuición la fuente del conocimiento verdadero.
Decir «intuición» de buenas a primeras suena a algo espiritual como si un ser superior nos estuviera alimentando de conocimiento, pero esta intuición yo la interpreto como sentido común.
El sentido común es mucho más arcaico, más antiguo que cualquier razonamiento lógico con el que el ser humano haya vivido en sociedad.
Es verdad que no podemos probar o demostrar con estándares modernos y racionales qué es, qué no es, como de bueno o como de malo es el sentido común o intuición de alguien. Pero esto no quiere decir que no exista. Lo mismo podríamos decir con los sentimientos. Que no puedas saber si alguien está enamorado, enfadado o triste no significa que no lo esté.
Qué es el holismo
Por ejemplo los alquimistas surgieron a raíz de esta visión del mundo en el que aseguraban que todo está conectado. Los que practicaban la alquimia creían que somos parte de algo más grande. Unos tipos de pensamientos muy similares a cuando estás en un estado de mindfulness durante un buen rato o tomando psicodélicos, sintiéndote parte de algo más grande.
Es lo que podemos llamar «holismo», un concepto de origen griego antiguo que significa intentar entender lo local por medio de lo global. Una corriente que intenta entender las cosas poniéndolas en contexto y no de una forma individual.
Ejemplos de holismo
La alquimia durante la edad media fue tachada de brujería, pero la idea de que todo en el universo está conectado ya había sido dicho por los sumerios y fue una idea que perduró durante mucho tiempo incluso llegando a científicos como el matemático polaco Mandelbrot en los 70, desarrollando su teoría de los fractales y el caos.
Una teoría donde explicaba cómo un proceso simple que pasa por un número infinito de iteraciones se convierte en un proceso muy complejo.
Por ejemplo algo tan complejo como el universo, puede ir disipándose a medida que te vas acercando con la lupa.
- Galaxias >
- Sistemas solares >
- Planetas >
- Seres vivos >
- Átomos >
- … (simplificando mucho)
Si vamos desde los átomos y alejándonos con la lupa (nuestra querida vista de pájaro) nos encontramos con el universo entero. Esta es la teoría de los fractales, donde compuestos tan simples y pequeños terminan creando sistemas increíblemente complejos. Que todo está conectado.
Algo que se expresa de forma maravillosa en el arte de la época (cuando surgen estas ideas), desde las casas hasta las pinturas con montones de siluetas y formas fractales preciosas.
Compáralo con las casas de ahora que sólo son un cubo, algo que no valoré hasta vivir en Oceanía (…).
¿Y que demonios importa todo esto para saber de dónde venimos y a dónde vamos?
Qué es el reduccionismo
La idea de interconexión fue siendo olvidada y hace unos pocos cientos de años cogieron más fuerza ideas como el reduccionismo de Descartes, en el que aseguraba que todo puede ser… reducido.
Mirando el mundo desde un prisma mecánico. Como si todo tuviera piezas que se pueden sacar de forma individual, huyendo de la idea de interconexión.
Claro que algo como el reduccionismo funcionará si eres un mecánico, pero como corriente filosófica estás perdiendo la vista de pájaro, el zoom out.
Ejemplos de reduccionismo
Y ya que estamos hablando de pájaros, hay una imagen de un pato mecánico que es la mera representación del reduccionismo. Donde se ve el interior de este pato, con piezas individuales y detalladamente nombradas para saber qué parte es qué y qué función tiene.
El problema es que con este reduccionismo te estás quedando sólo en las piezas individuales sin entender qué papel toman en el conjunto de las cosas. Sólo las valoras a nivel individual.
Reduccionismo y holismo
Piensa en por qué valoramos las personas multipotenciales, los generalistas. El estado normal del ser humano era pensar desde muchos ángulos, pero desde esa época… se pierde. Nos volvemos absolutamente analíticos.
En la comunidad multipotencial alguien publicaba el comentario de un chico, que comentaba en la publicación de un fitfluencer español bien conocido. Este creador de contenido publicaba una imagen explicativa la subida o bajada de peso corporal (o de grasa), donde lo simplificaba con un redundante:
- Subir de peso = comer más calorías
- Bajar de peso = comer menos calorías
Nos encantó el comentario de este chico que le cantaba las 40 a este creador de contenido en un párrafo diciendo que no puedes reducir el cuerpo humano en algo tan simplista. Que somos sinergías enteras, un universo de miles de millones de átomos y partículas.
¿La termodinámica influenciará? Sin duda, pero no es ni de lejos lo único. Incluyen factores hormonales, de metabolismo y de un montón de cosas más.
Seguimos influenciados por este reduccionismo que empezó a tomar fuerza y que se enlaza con la Revolución Industrial. Fue menos de una década más tarde (en 1750) que se inicia esta Revolución Industrial y desde entonces oficialmente la sociedad occidental se empieza a enamorar de los especialistas, y del zoom in. De la vista de hormiga.
Pasan los años y nos encontramos que no hemos abandonado la adoración y embobamiento a las piezas individuales de un puzzle.
Con el avance de la sociedad lo que hacemos es utilizar la ciencia para estudiar a esas piezas de forma individual sin tener en cuenta que la imagen que están formando (al juntarse distintas piezas) están formando algo mucho más grande, transcendente y complejo que se tiene que entender por la agrupación.
La racionalidad está limitada
Lo que termina pasando es que la mayoría de esta ciencia no está guiada por el sentido común o la intuición, sino con la racionalidad absoluta de la observación a esas piezas más pequeñas. Al zoom in.
La racionalidad es una capacidad mucho más fácil de engañar. Cómo diría Taleb somos susceptibles a ser «engañados por la aleatoriedad» cuando no tenemos una visión general de lo que estamos mirando.
Cuando tu intuición te dice algo opuesto a tu razón, si has tenido la suerte de no abandonar del todo a tu sentido común y le has hecho caso alguna vez, estoy seguro que en el 90% has acertado. Porque…
La verdad siempre está más cerca de nuestra intuición que de nuestra racionalidad.
En el libro Antifrágil, el bueno de Taleb desarrolla su teoría llamada El Efecto Lindy en la que argumenta que:
Cuanto más antiguo es, más probable es que siga existiendo en el futuro.
Si estás trabajando en una empresa 10 años, las posibilidades de que sigas trabajando allí 10 años más son mucho más grandes que si llevas en una empresa 10 días.
Una teoría que funciona cuando estás creando hábitos, en tener objetos materiales pero también en corrientes de pensamiento.
Lo mismo sucede con las verdades ancestrales. Si han sido tomadas en serio y consideradas la verdad durante los últimos… 5.000 años, las probabilidades de que sigan siendo consideradas verdades dentro de 5.000 años son muy altas.
Ojo.
No estoy diciendo que sean mayoritarias. Sólo digo que no van a morir. No pueden morir. El vivo ejemplo es Sociedad Ninja. En cambio, mira todo lo que se vende en el 99% de los medios (público o independientes).
Si las corporaciones están publicitando o se están publicitando en tu movimiento, entonces no eres parte de esta resistencia.
Porque para obtener un beneficio económico no puedes tirar de sentimiento, tienes que tirar de racionalidad. Una racionalidad, un método científico que si miramos de cerca vemos como nos hace desconectar aún más de estas verdades, o conocimiento del pasado.
La mayoría de ciudadanos occidentales no tenemos a penas ninguna conexión con nuestras tradiciones. Una frase que me gusta mucho del periodista jamaicano Marcus Garvey lo describía muy bien:
Una persona sin el conocimiento de su historia, origen y cultura es como un árbol sin raíces.
El efecto de las emociones para razonar
Vemos como la modernidad está «revela con ciencia» verdades ancestrales que hemos sabido durante milenios, pero estas verdades quedan solapadas.
Quizás no se conocían los mecanismos, pero sí sus efectos. Y por la falta de respeto a esta historia, origen y cultura que impone el reduccionismo, se desechan estas verdades porque no podíamos explicar los mecanismos.
Piensa en las recetas y remedios de tu abuela, la filosofía hermética, el estoicismo, incluso cómo ganar masa muscular, que ya se llevaba haciendo bien sin estudios científicos.
Todo este conocimiento está disfrazado en este conocimiento moderno, pero es como si una buena comida simple, la condimentas tanto que camuflas su buen sabor y propiedades curativas por culpa de meterle demasiada mi3rda.
Por ejemplo, la gente diciendo esto de la ley de la atracción, sólo es una pr0stitución de lo que decía Marco Aurelio:
La calidad de tu vida vendrá por la calidad de tus pensamientos.
Y de bien seguro que había algún chamán en el Amazonas que lo decía mucho antes que el bueno de Marco.
Por esto el ataque que está sufriendo occidente creo que no es a la razón, sino a las emociones. Porque sin sentido común, el razonamiento puede parecer que tiene sentido, bajo los estándares, los sesgos a los que tus emociones han sido sometidas.
¿Quien no quiere que los pobres coman? ¿Quien no quiere que la Tierra no colapse? ¿Quien no quiere que todas las razas sean consideradas con el mismo valor? ¿Quien no quiere que valoremos a las personas por su libertad individual y no lo que tienen entre las piernas?
Pero cuando puedes corromper las emociones desde dentro, atacándola y haciendo que sólo te fijes en las cosas sin contexto, con la vista de hormiga, entonces es cuando el pensamiento racional, visto con perspectiva de pájaro ha dejado de ser racional.
Porque si hacemos tambalear las emociones, el conductor del coche, el copiloto no tiene mucho que hacer.
Esta desconexión del sentido común es lo que nos lleva a una crisis de valores occidental que será el catalizador de nuestro colapso.
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