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Pierde el miedo a besar… o arrepiéntete toda tu vida
(cómo superar el miedo al primer beso)

Tanto si te encuentras delante la oportunidad de besar a alguien por primera vez en toda tu vida, como si estás pensando en lanzarte por primera vez a esa chica que has estado viendo…

En ambos casos es una primera vez. Es una primera vez con una chica, o la primera vez con esa chica.

De primeras veces puede haber muchas… pero todas tienen algo en común: son las que más cuestan.

Las segundas son más fáciles porque bueno, al fin y al cabo ella siguió con el beso y por lo tanto las probabilidades de rechazo en una segunda vez disminuyen al mismo ritmo que los miedos que sentiste inicialmente.

  • La primera vez que quieres besarla sientes tantas mariposas que más que mariposas podría salirte un Alien del estómago.
  • Te sudan tanto las manos que si quisieras abofetearte para recuperar los sentidos, de tanto sudor seguramente tu mano resbalaría y la abofetearía a ella sin querer.
  • El corazón te empieza a latir a más velocidad de lo que es capaz de acelerar un Tesla de 0 a 100km/h en menos de 4 segundos…

Los mismos segundos que tardas en sentir todo este cóctel de sensaciones y con ellas, un montón de excusas para no hacerlo.

Por eso decides no hacerlo. ¿Por qué tendrías que hacerlo? tu cuerpo acaba de entrar a modo de supervivencia y lo único que querías era salir de esa situación.

Pero de camino a casa te das cuenta de que el arrepentimiento que sientes ahora por no haberte lanzado a besarla duele mucho más que cualquier forma de rechazo que hubieras podido experimentar.

Duele más en intensidad, y encima tarda más en irse.

El miedo que sientes en el momento de querer besar por primera vez es exactamente el mismo que cuando le quieres entrar a esa desconocida, a cuando tienes una entrevista para el trabajo de tu vida, o tienes que salir a hablar en público.

Es el miedo al rechazo en todo su esplendor.

Si supieras al 100% que la chica no te rechazaría el beso y que encima, la chavala tiene unas ganas locas de besarte, ¿a caso no lo harías?

Si pudieras ir a la chica que está esperando el metro sabiendo al 100% que al decirle «hola» y presentarte sin ningún contexto se lo tomaría bien y estaría encantada de conocerte, ¿a caso no irías?

cómic chico entra a chica

Si no nos damos la oportunidad de ponernos en situaciones en las que nos puedan rechazar, nos estamos rechazando a nosotros mismos antes de que lo puedan hacer los demás.

Siempre que queramos conseguir algo en el amor, en los negocios o cualquier contexto social, sí o sí tendremos que pasar por alguna forma de posibilidad de ser rechazados.

Esto significa que si no estás siendo rechazado, es que no estás tomando acción. Lo que es irónico porque la única forma de desensibilizarnos del rechazo es tomando montones de acción.

Esto es lo que nos definirá.

No la cantidad de rechazos, sino la cantidad de acción que tomamos y sobretodo como reaccionamos a los rechazos de las acciones que hemos tomado.

Miedo a besar por primera vez

Tu cuerpo, tu cerebro pasa por los mismos procesos que cuando quieres entrarle a esa chica que no conoces.

Has quedado con ella, habláis, te giras, la ves… y tu corazón empieza a latir más fuertes que mis glúteos cuando se contraen por un hip-thrust y de pronto, instantáneamente reconoces que quieres besarla… mucho. Pero también reconoces que estás cagado a más no poder.

Tienes un montón de miedo.

En el momento que tu subconsciente reconoce que quieres hacer algo atrevido como besar a esa chica o hablarle a la desconocida, el cabrón de tu cerebro empezará un proceso que al principio parecen de autosabotaje pero que en realidad son procesos complejos para salvarte la vida que ocurren en la corteza cerebral involucrando:

  • El sistema límbico que es la parte de nuestra cabeza que regula la memoria, el hambre, los instintos s3xuales, y las emociones.
  • La glándula suprarrenal que tenemos ubicadas encima de cada riñón y que se encarga de regular la adrenalina, la presión, la frecuencia cardíaca…
  • La glándula pituitaria que tiene el tamaño de un maldito guisante escondida en nuestra cabeza como si fuera el cuento de la princesa y el guisante, encargada de estimular todas las otras glándulas del cuerpo.

Fíjate. Sólo esto por el simple hecho de pensarlo. Sólo por pensar «quiero besarla» o «quiero entrarle» estas glándulas se ponen en alerta y se activan.

De pronto tu corriente sanguíneo empieza a dar la bienvenida a hormonas como la adrenalina, norepinefrina, distintos tipos de esteroides… que todas estas glándulas están soltando.

Todo este cóctel de esteroides y hormonas son los responsables de que sintamos la llamada reacción de lucha o huida (Fight-or-flight response). Un mecanismo de supervivencia de nuestro cuerpo que se traduce en:

  • El corazón nos late con fuerza
  • Las manos empiezan a sudar
  • De pronto respiramos muy rápido

Estas hormonas bloquean nuestros neurotransmisores haciendo que no puedan transmitir información de forma efectiva. ¿Cómo no te vas a bloquear delante de una mujer atractiva? ¿y besarla? ¡aún menos!

Estás allí empantanado delante de la chica y tu mente se pone completamente en blanco con la cara de hombre de las cavernas. Encima, para hacerlo todo aún más emocionante, también tenemos una respiración acelerada (o no respiramos) haciendo que no nos llegue suficiente oxígeno a las partes de la cabeza que más necesitaríamos para soltar nuestras frases pícaras.

Pasos para perder el miedo a besar

Es un proceso muy complejo, pero es posible perder el miedo a besar por primera vez o a entrar atacando a la raíz del problema. Al culpable que ha provocado todos estos pensamientos en primera instancia…

Acepta el miedo que sientes

Lo primero será aceptar este miedo. Entender todos estos procesos bioquímicos por los que pasa tu cuerpo ya te hace ganar la mitad de la batalla.

Es una señal de que tu cerebro, tu cuerpo, funciona como tiene que funcionar al igual que les funcionaba nuestros ancestros hace cientos de miles de año cuando se encontraban ante un león. O ante una situación social del poblado donde podían terminar desterrados de la tribu, solos… y comidos por un león.

cómic miedo al rechazo

Estás vivo, y estos miedos que sientes son un proceso natural que te demuestran que lo estás. Un mecanismo de defensa delante una situación con la que no te acostumbras a encontrar.

Cuando vas a besarla, a entrarle o cuando estás pensando de qué temas de conversación hablar con ella cuando la acabas de conocer, ten presente que siempre te sentirás con esas sensaciones. Siempre te sentirás algo «raro».

No tiene ningún sentido decirnos «no quiero sentir miedo» porque esto no te hará dejar de tenerlo. La única opción es aceptarlo. Decirnos «vale esto es lo que siento».

Unas emociones a las que vamos a aprender a girar la tortilla y volver a favor nuestro.

Desensibilizarte a través de repetición

La parte que no te gustará escuchar, es que la única manera de perder el miedo a besar, es besando.

Lo siento. No existen trucos. Quien te diga que hay un «secreto» para hacerlo comprando un libro o curso te está engañando.

La única manera de desensibilizarse de un miedo es repitiendo esa acción muchas veces.

Aunque es verdad que puedes «entrenarte» un poco quizás con chicas con las que sabes que no quieres nada serio. No quieres tener cero práctica y a la hora de la verdad encontrarte con la chica de tu sueños y mearte encima y llevarte este arrepentimiento a la tumba.

Lanzarte a por el beso es lo mismo que sumergirte a una piscina de agua fría.

  • Puedes elegir tirarte de golpe sin previo aviso.
  • Entrar poco a poco sintiéndolo todo pero siendo el «jefe» de ese dolor.
  • O… no entrando en absoluto.

Quedarte fuera de toda esa experiencia por no querer pasar por un dolor momentáneo.

Ese dolor es la llave a una habitación donde te podría estar esperando una relación, una experiencia o una historia que contar.

Nadie quiere escuchar la historia de como te cagaste de miedo. En cambio la historia de esa cobra que te llevaste, del mejor o peor beso de tu vida son historias que recordarás siempre.

Cuando te cagas decenas de veces eso no son decenas de historias distintas. Son la misma historia de siempre: la del arrepentimiento de no ser capaz de superar tu miedo al rechazo.

Pero toda esta teoría ya la sabes, ¿verdad?

Si te digo «si tienes miedo, hazlo con miedo» suena muy motivante, pero puedes leer todos los artículos que quieras o escuchar cientos de episodios de podcast que hablen de la teoría de cómo hacerlo, pero sólo estarás aprendiendo esta teoría a nivel consciente.

En el momento que te encuentras en la situación de verdad, no pensarás en la «teoría lógica». El cerebro emocional tomará el timón y todos estos procesos subconsciente empezarán otra vez: las manos sudadas, el corazón latiendo a mil por hora, la respiración acelerada…

La única manera de entrenar al subconsciente a afrontar estos miedos, es desensibilizarte a través de la repetición. Es la única manera para que la próxima vez tu cerebro no active todas las alarmas: el sistema límbico, la glándula suprarrenal y la pituitaria cuando te encuentras (otra vez) en esa situación. Ya no le vendrá de nuevo.

cómic charlar y ligar

Si te da mucho miedo, lánzate a la piscina muchas veces. Empieza con las piscinas de agua menos frías. Puedes empezar lanzándote en citas con chicas con las que sabes seguro que no quieres nada serio y ir subiendo el listón.

Pensad que hay distintos rangos de peligros, y un cerebro entrenado se estresará mucho menos debajo de una situación que ha sido repetida decenas o cientos de veces porque sabe que al otro lado de la interacción, del beso (o de la cobra), ha salido ganador o ha salido con vida. Esta es la palabra.

Es un sistema de supervivencia. Si sobrevives (literalmente) con un cuerpo intacto a cada rechazo, a cada beso, a cada interacción, tu cerebro va aprendiendo que no pasa nada.

Las malas noticias para algunos que simplemente quieren «trucos» es que sólo se puede entrenar al subconsciente con acción. Repitiendo la situación. El beso. La entrada. Al lanzarse.

Cambia el marco de miedo por emoción

¿Por qué piensas que los chicos que ligan mucho no les da miedo lanzarse a por el beso? porque lo hacen mucho. Es una espiral positiva.

Todos estos tíos que conoces que son unos pimps, unos ligones, siguen pasando miedo cuando se tienen que lanzar a una mujer. La diferencia es que saben manejarlo mejor que tú.

¿A qué me refiero con manejarlo mejor? pues a que el miedo a besar no se irá nunca. Aprenderás a manejarlo mejor con el tiempo y la repetición, lo que significa que cambiarás el marco con el que tu cerebro interpreta este miedo.

Esto es muy importante porque la evidencia científica nos dice que tanto la ansiedad como el sentirse con excitación emocional, tienen exactamente los mismos efectos fisiológicos en nuestro cuerpo.

Es decir que todo ese cóctel de emociones creadas por el sistema límbico, la glándula suprarrenal, pituitaria son exactamente los mismos efectos que tienes cuando te sientes muy emocionado por algo.

La única diferencia es la interpretación de nuestro cerebro.

¿Y si fuéramos capaces de decirle a nuestra mente que en vez de miedo lo que estamos sintiendo simplemente son muchas ganas? ¿y si pudiéramos cablear nuestra cabecita para enseñarle que no nos estamos achantando de miedo sino que nos emociona horrores el hecho de tener la oportunidad de besarla?

El corazón latiendo más rápido, las manos sudando chorros, la respiración acelerada… tu cuerpo no distingue el miedo de la excitación emocional.

¿La manera de enseñárselo? lo habéis adivinado: repetición. Hacerlo muchas veces.

Utilizar las reacciones del cuerpo como señal

Cuando ves a esa chica mirándote con ojos de Shrek y estás pensando en besarla, o cuando te la cruzas por la calle con una desconocida y os hacéis miradas… en el momento en el que tu cuerpo empieza a reaccionar bioquímicamente, piensa lo que realmente está sucediendo.

Tu cuerpo es un indicador de temperatura avisándote que es precisamente porque sientes eso que tienes que hacer algo al respecto.

Si la chica no te atrajera de verdad, si no te gustara no sentirías todo este cóctel. Y ni siquiera lo has pensado activamente. Ha sido verla… y empezar a subirte las revoluciones, la temperatura… y las excusas.

Tu cuerpo está usando el miedo como gasolina para que hagas algo en concordancia a lo que sientes. Por esto se llama «reacción de lucha o huida». Porque tienes que «hacer algo» al respecto, de lo contrario se llamaría «reacción de lucha o relax».

No es maldita ansiedad, es tu put0 cuerpo diciéndote «no me seas cagado y hazlo».

Es por esto que si no lo haces, te llenas de arrepentimiento, porque la falta de confianza cuando tus pensamientos no van en concordancia con tus actos.

Si estás en sintonía con tu cuerpo sólo necesitas estar presente y sentir lo que tu cuerpo te dice que hagas.

Tirarse a la piscina sin pedir permiso

Si te lo piensas mucho, sabes que no lo harás, así que salta a la piscina de agua fría. No te queda otra.

Ni se te ocurre pedir permiso por un beso. No hay nada menos s3xy que pedirle a alguien si la puedes besar.

Aunque le digas a tus colegas que «estás cohibido por esta agenda feminista podrida», todo el mundo sabe que es sólo una excusa más para no hacerlo.

Si te estás vendiendo la moto a ti mismo que «de verdad lo digo que no quiero besar sin consentimiento» porque te has comido con patatas la agenda feminista, te reto a algo. Ve a por el beso muy despacio para darle montones de tiempo a que te rechace y te haga una buena cobra.

Ah… ahora sí te da miedo, ¿no? ¿lo ves? siempre es el miedo al rechazo. Las milongas que te cuentas son excusas para no sentirte tan mal cuando hayas visto que no has tenido huevos para hacerlo.

Yo no tengo huevos para hacerlo. Por eso salto a la piscina sin que venga a cuento y va bastante bien. Si te rechaza el beso, te ríes. Tienes todo el derecho a reírte, porque acabas de burlar tus instintos que te gritaban que por favor no lo hicieras… pero tu has sido más fuerte.

En el momento que lo has intentado, ya has ganado. Sin importar lo que haya pasado después, ya has ganado.

El truco para lanzarse y liarse por primera vez

Lo bonito es que siempre lo sentirás. Siempre tendrás la oportunidad de reírte de un rechazo o de un no-rechazo.

Esto de «eliminar», «borrar» o «quitar» el miedo en situaciones de relaciones de este estilo son patrañas. Nunca dejarás de tener miedo. Sólo te vuelves mejor manejándolo.

Tengo amigos que siguen sintiendo la «ansiedad de acercamiento» incluso habiendo entrado a miles de chicas en frío. Por razones obvias (a más rechazos > más aceptaciones > a más aceptaciones > más oportunidades de besar), son los mismos que sentirán esas mariposas igual que el primer día que besaron a una chica, pero con una gran diferencia: la administración de esas emociones.

Tío… hombrea un poco: acéptalo > abrázalo > toma acción.

Porque en el momento que aceptas algo, le sacas el poder que ese «algo» tenía sobre ti.

Las personas tienen tanto poder como les damos. Lo mismo con este miedo. El miedo te puede porque le estás dando el poder de que te quite una acción que podría cambiar tu vida para siempre.

Quizás la chica a la que quieres besar sería la madre de tus hijos, quizás te enseñaría cosas que ninguna otra mujer te hubiera hecho experimentar, o quizás te romperá el corazón y te servirá como experiencia…

En todos los casos, ganas.

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Pau

Investigo, experimento y divulgo. Multipotencial con curiosidad intelectual "secuencial": mis pasiones e intereses van a épocas. Como una mamá pájaro, engullo información y la vomito en pedazos coherentes de contenido vía blog y podcast para otros ninjas de la vida. ISNI: 0000 0005 1425 6653

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